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 sábado, 24 de diciembre de 2005  
Mar del Plata, moderna y con estilo
A orillas del océano Atlántico, la ciudad balnearia sorprende por sus extensas playas, sus acantilados y su puerto. Buena hotelería, entretenimientos para grandes y chicos y restaurantes para todos los gustos

Siempre de moda. Mar del Plata es la ciudad balnearia más importante de la Argentina, con más de 20 kilómetros de playas. A 404 kilómetros de Buenos Aires y a 700 de Rosario, en automóvil se arriba al lugar por la autopista y autovías, además de transporte público terrestre y aéreo. La Feliz convoca la mayor cartelera de artistas para el verano, y un abanico de actividades deportivas.

Mar del Plata es una ciudad moderna en la cual coexisten los balnearios sofisticados con los más populares, modernos conglomerados edilicios y áreas residenciales, una agitada vida nocturna y zonas para la reflexión y el sosiego. La oferta turística se complementa con una actividad comercial que renace cada temporada.

La arquitectura del núcleo más antiguo de la ciudad puede rastrearse hasta principios del siglo pasado. En esos años, los cascos de estancia y las casonas aparecían perdidos frente a las playas desiertas. Hoy, los parques, plazas y jardines ofrecen un entorno singular a la combinación de líneas tradicionales y modernas, en una muestra de las modulaciones que el turismo y los enamorados del mar generaron en la ciudad.

Pocas ciudades balnearias permiten disfrutar de la playa de día y de noche. Mar del Plata es una de ellas. Cada visitante tiene su playa: artistas, surfers, familias tradicionales, futbolistas, amantes de las 4x4.

Los modernos balnearios ofrecen vestuarios, locales gastronómicos, juegos para los niños, recreación para todas las edades y servicio de guardavidas.

Al norte están las playas de Camet, pequeñas y enmarcadas por espigones de piedra que moderan su oleaje. Hacia el sur, desde La Perla, se despliega la vista panorámica del centro marplatense, donde se suceden Punta Iglesia, Rambla Bristol, Paseo Hermitage y Playa Varese, cuya bahía es apta para los amantes de los deportes náuticos y la pesca.

Playa Grande posee selectos balnearios, un complejo con piscina y restaurantes para paladares exigentes.

Más allá del puerto encontramos Punta Mogotes que se suma a la oferta de playa con 24 balnearios. Más al sur, después del Faro, se inicia una zona de playas exclusivas, de moderna construcción y servicios destacados.

Pero Mar del Plata no es sólo playa. Se trata de una ciudad generosa en atractivos para los visitantes. Se puede volar en parapente, conocer una colección de 30.000 caracoles de todos los mares del mundo, ver la ciudad a bordo de un crucero y avistar la reserva de lobos marinos. Hasta se puede escalar la sierra. Los paseos se extienden hasta Laguna y Sierra de los Padres, el puerto o barrios residenciales como Los Troncos, el Bosque de Peralta Ramos, Parque Luro, El Grosellar y Los Pinos de Anchorena, núcleos iniciales de la urbanización.

Otra opción es recorrer los parques temáticos, museos de arte y enseres gauchescos, ferias al aire libre, exposiciones y espectáculos deportivos.

Para felicidad de las mujeres o adictos al consumo, una opción más que interesante es recorrer tienda tras tienda colmada de tentaciones. Dos modernísimos shoppings se levantan en el centro de la ciudad con boutiques de todas las marcas, buenas opciones para comidas rápidas y el más completo complejo de entretenimientos y cines.

La peatonal San Martín es, -entre calles Buenos Aires y Mitre-, la columna vertebral del comercio en la ciudad. Hacia la loma de Stella Maris y transitando calle Güemes -desde Falucho a Rodríguez Peña- se encuentran los negocios más exclusivos de la ciudad.

Sobre avenida Justo están agrupadas la mayoría de las industrias de tejidos de punto. Allí los turistas podrán adquirir suéters, camperas y prendas de cuero a precios directos de fábrica. Esta actividad le valió a la ciudad ser declarada Capital Nacional del Pullóver.

En temporada estival se destaca calle Alem -de Almafuerte a la costa- donde se alternan locales de ropa informal con pubs preferidos por los más jóvenes.


Aromas y sabores
Luego de un día de playa o de intensos paseos, programar unos minutos de descanso- sólo unos minutos-, y pensar en una reparadora cena, es una idea más que saludable. En cualquier zona de la ciudad se pueden degustar carnes rojas de primera calidad y hortalizas frescas cultivadas en la región. O un buen plato de pastas italianas, o paellas españolas. Para los más exquisitos, tacos y tortillas mejicanas o sushi japonés.

Si la cerveza es la preferida, hay delicadas opciones artesanales ideales para acompañar una picadita sentados cómodamente en algunos de los innumerables barcitos ubicados en las terrazas frente al mar. Y más tarde, las discos, o a tentar la suerte en el Casino.

Para los más jóvenes hay pancherías, hamburgueserías, pizzerías y boliches que se concentran en las calles Constitución o en Alem. También en algunas playas se puede bailar bajo las estrellas y a orillas del mar hasta el amanecer.

Espectáculos y Casino

En cantidad y calidad de espectáculos, Mar del Plata ofrece la mejor cartelera deportiva, cultural y artística de la costa atlántica. Cada verano los elencos teatrales destacados del país se dan cita en la ciudad y los recitales y programas televisivos de entretenimientos instalan sus escenografías en las playas marplatenses.

Es infaltable la visita al Casino. Probar suerte en la ruleta, a las cartas y los dados. Si va mal, enfrente, en la Plaza Milenio, la decepción puede descargarse viendo el magnífico espectáculo de aguas danzantes que cada noche cobra vida en un deslumbrante show de luz y sonido.

Mar del Plata es reconocida como la capital del surf. Miles de surfistas se entregan de cuerpo y alma a un estilo de vida alucinante, mezcla de tradición y modernidad, conservadorismo y rebeldía.

Hay escuelas y academias que enseñan desde el primer día a pararse en una tabla. En la Laguna de los Padres, es habitual la práctica del kayak y remo.

Por otra parte, para los amantes del submarinismo se realizan inmersiones en aguas abiertas, a profundidades que oscilan entre los 18 y 23 metros, con observación de fauna.

La Feliz es un refugio para navegantes. Tres clubes náuticos poseen amarraderos de embarcaciones a vela y motor. Cuatro bajadas náuticas permiten disfrutar del mar con motos de agua, jet ski o vela de windsurf.

Una mención especial merece la regata de off shore que reúne a los mejores pilotos del mundo y brinda un espectáculo náutico que inunda el aire de velocidad y rugido de motores.

Para desprenderse de la rutina urbana un día de campo no viene mal. Cascos de estancias abren sus puertas y permiten al visitante participar de las tareas rurales, efectuar avistajes de flora y fauna, asistir a eventos tradicionales, vivir a pleno la elaboración de productos artesanales, disfrutar de largas caminatas, cabalgar por sierras y lomadas, pescar y practicar deportes de aventura o degustar sabrosas comidas criollas.
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Sol y mar, epicentro de un universo que estalla en verano.

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