Año CXXXVIII Nº 48971
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Educación 23/12
Turismo 18/12
Mujer 18/12
Economía 18/12
Señales 18/12
Estilo 17/12

contacto
servicios
Institucional

 sábado, 24 de diciembre de 2005  
Pirotecnia: respeto por el fuego

El uso de la pólvora, del fuego, de los colores y del ruido como elementos festivos, es un invento chino. A través de siglos esa tradición se ha mantenido, se ha exportado y ha sido adoptada en muchas partes del mundo, lo cual parece hablar de lo absurdo de querer desterrarla o de prohibirla. En nuestra cultura, esas imágenes y esos ruidos están indisolublemente ligados, por lo menos, al festejo de la Navidad y del Año Nuevo. Pero aunque no siempre tenga consecuencias, las fiestas y las aguafiestas muchas veces vienen por el mismo lado.

Del total de los niños accidentados por problemas con la pirotecnia, estima el doctor Alberto Iñón, cirujano pediatra que preside la Asociación de Prevención del Trauma Pediátrico y miembro honorario de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), un 40% correspondería a quemaduras en las manos y los brazos, un 20% a quemaduras en la cara, y el resto se reparten entre tórax y abdomen y los miembros inferiores. En general las quemaduras por pirotecnia pocas veces son mortales, pero dejan secuelas muy importantes.

"Hay lesiones que son gravísimas, como las de los ojos", destaca Iñón, "y otras que son graves también pero no se les presta atención", agrega en referencia a las explosiones cerca de los oídos, capaces de generar hipoacusias permanentes.


Recomendaciones básicas
"Lo primero que uno puede decir es que no es bueno que la pirotecnia sea usada por manos inexpertas, y en ese sentido los chicos lo son, porque no conocen el manejo y porque a veces, no tanto sus reflejos, sino su capacidad de reacción ante una situación determinada está disminuida. Y así es como se producen las lesiones, que no me gusta llamarlas accidentes, porque no tienen nada que ver con cosas del destino ni con la mala suerte, sino con la imprudencia y la negligencia".

Los elementos pirotécnicos atraen, y en medio de esa atracción la gente no siempre se fija en lo que compra. En Argentina, los artefactos de pirotecnia deben estar categorizados y aprobados por el Registro Nacional de Armas (Renar) y también, debido a que en rigor se trata de explosivos a base de pólvora, por la Dirección General de Fabricaciones Militares. Pero la realidad indica que en el país se consume pirotecnia "trucha", y en cantidad.

La segunda recomendación es que si efectivamente se va a comprar pirotecnia, se verifique que cuente con la aprobación, aunque cueste un poco más, ya que ése es el precio de la salud. Es conveniente, por lo tanto, que un adulto verifique en la cobertura del producto la leyenda "Autorizado por el Renar" o por Fabricaciones Militares, además de la inscripción del número de registro que corresponde y los datos del fabricante o del importador.

Manejada por expertos en algún evento de los que cada tanto se organizan, es un seguro espectáculo de luz y sonido, en cambio, a nivel del uso casero, empiezan las complicaciones relacionadas con la calidad de cohetes, petardos, buscapiés, rompeportones y cañitas voladoras, y con la habilidad para almacenarlos y manipularlos. Pero hay una tercera instancia sumamente peligrosa cuya existencia no se puede ignorar, y es el armado de pirotecnia casera. "Es bastante común que los chicos quieran inventar su propia cohetería, y armar pequeñas bombas caseras, rompiendo cohetes y juntándolos. Y se arman bombas poderosas, y hasta mutilantes".

En cuanto a las circunstancias de almacenamiento, el doctor Iñón recuerda que la pirotecnia no puede estar en lugares cercanos al fuego, donde hace mucho calor, o en un sitio donde exista la posibilidad de algún golpe que actúe como potencial detonante.

Para evitar accidentes, conviene no repetir las formas más comunes en que éstos se producen:

No hay que llevar pirotecnia en los bolsillos: tanto el calor como un golpe pueden hacerla estallar.

No encender una mecha y sin saber cuánto tiempo demorará en consumirse y explotar el artefacto.

Jamás tirar petardos encima de una persona o utilizar "buscapiés" de manera dirigida.

No colocar latas o botellas sobre el explosivo para aumentar el efecto sonoro: pueden convertirse en proyectiles en el momento de la explosión.

No encender elementos de pirotecnia en la mano; hacerlo en el suelo es más seguro.

No volver a encender artefactos que se hayan apagado.

Las explosiones deben efectuarse en lugares abiertos, lejos de garrafas, estaciones de servicio o de cualquier producto inflamable.

No utilizar envases de aerosoles.

Las estrellas y bengalitas para niños, aunque son inofensivas, sólo hay que tener cuidado con no acercarlas a los ojos cuando están encendidas.

La reglamentación para la venta y el almacenaje en locales y puntos de venta está fijada a su vez por el Renar (www.renar.gov.ar).
Ante un accidente
Si ocurre una quemadura con pirotecnia, se debe concurrir urgentemente al centro de salud más cercano, sin intentar tratamientos caseros. "A lo sumo, se debe cubrir la herida con una gasa estéril", señala Iñón.

El agua fría, en todo caso (sin usar jabón), puede ser útil para paliar el avance de la lesión, porque detiene el efecto del calor antes de la atención hospitalaria, pero "no es bueno", según el especialista, aplicar pasta dentífrica o aceites, como suele hacerse.

Si las ropas se encienden se debe apagar el fuego cubriendo con una frazada o haciendo rodar a la persona sobre arena o tierra.

Se puede obtener más información completa sobre prevención de accidentes por uso de pirotecnia, así como las recomendaciones sobre manipulación, seguridad y venta de este tipo de productos, en www.ptp.org.ar, o en www.sap.org.ar


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados