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jueves,
15 de
diciembre de
2005 |
Central por lo menos sumó
Mauricio Tallone / La Capital
Central no se pudo dar el último gusto del año: despedirse con una victoria del Apertura. Estuvo a un par de minutos de decirle adiós con una sonrisa a una temporada irregular, pero hubiera sido un premio exagerado para este presente porque Independiente fue el que quedó peor parado con el empate.
Como se presumía en los papeles, el desarrollo quedó marcado por la ambición de Independiente y por una actitud más pasatista de Central. Por eso causó bronca en Avellaneda que lo bueno que su equipo había hecho hasta ahí se ensombreciera cuando Vitti definió de emboquillada, quien terminó así con una racha adversa de 23 partidos (20 por torneos locales y 3 por internacionales) sin convertir.
En realidad Central nunca terminó de estirarse del todo para alcanzar el triunfo. No aprovechó ese momento favorable porque se dedicó a jugar en potencial. Le puso demasiado cuerpo al partido y se olvidó de hundir el bisturí del contraataque. El único que marcó el camino fue Vitti, a quien se lo notó cada vez más comprometido con su rol de generador.
El otro sostén productivo fue Castellano, que tuvo que esforzarse en varias maniobras para evitar el empate. Respondió ante dos remates a quemarropa de Pusineri.
Se esperaba que el segundo tiempo se ajustara a las previsiones de Central, pero ese mapa de partido se quemó en un recreo. El empate de Pusineri, tras un remate de Agüero, en el que Castellano cedió rebote, envalentonó a Independiente y sembró un terreno propicio para que el Kum demostrara que estaba intratable.
Entonces el partido comenzó a tener una única dirección. La que le marcaba el equipo de Falcioni. La entrada de Fabbro le dio el acompañante que necesitaba el pibe Agüero y el aguante de Central mostró algunas grietas, hasta que llegó un desborde por izquierda del debutante juvenil Angel Di María.
La jugada resultó la punta de lanza a la que se engancharon Rivarola y Ruben. El delantero puso con un cabezazo en otra situación inmejorable a Central, que sin merecerlo pareció darle el ultimátum a Independiente. Pero cuando en la cancha hay un jugador de la estatura de Agüero todo es posible. Por eso no extrañó que otra vez el hábil volante local juntara marcas por el sector derecho, desbordara y le sirviera la igualdad a Fabbro.
Central le dijo chau al torneo con un sabor agridulce. Es que tuvo la victoria a tiro dos veces, pero no supo cuidarla.
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Fotos
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Luchan Rivarola y Bustos Montoya.
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