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 miércoles, 26 de octubre de 2005  
Aprender a aprender

Patricia Ana Tica (*)

Si concebimos el acto de educar como un pasaje cultural, como una puesta a disposición a un otro de todo lo que le posibilita ser distinto de lo que es, en algún aspecto, se instala la necesidad de potenciar las posibilidades de aprender a aprender por sobre la acumulación de conocimientos. Aprender es la adquisición de un conocimiento, conducta o habilidad no heredada. Aprender a aprender es la adquisición "consciente y reflexiva del proceso de aprender" de modo que lo adquirido en el presente pueda ser utilizado en forma análoga y nueva según las circunstancias.

La enorme inflación de conocimiento y la cantidad desbordante de artefactos técnicos no va asociada a la apertura del pensamiento, a la capacidad de análisis e interpretación. Para lograr esa ampliación de conocimiento se hace necesario el trabajo de los procesos mentales que conducen a la creatividad. Esto es lo que la sociedad advierte más claramente que la escuela, cuando genera demandas al respecto poniendo en evidencia que aprecia el valor de la creatividad y jerarquiza la capacidad para generar lo nuevo, premiando actitudes, habilidades y conocimientos diferentes.

¿Cómo se define la creatividad? La creatividad es la capacidad para identificar problemas y para idear estrategias de solución a cuestiones complejas, de forma imaginativa. Potenciar la creatividad es una de las tareas específicas pero no sencilla, a las que se debe apuntar en las instituciones educativas. Pero no es simple, natural. Supone traspasar los límites sociales y personales, venciendo la inercia de las instituciones vigentes y a la vez conteniéndose en ella.

El concepto de creatividad trasciende los límites de la creatividad artística, porque se construye en tres dimensiones: la del aprender a hacer, que tiene que ver con lo concreto, lo real; posibilita la manipulación y modificación de la cotidianeidad con acciones concretas. La del aprender a saber, la dimensión del pensamiento, de la lógica. Ser creativo en este aspecto es ser generador de conocimiento. Y la del aprender a ser, que se asocia a lo emotivo, lo afectivo, lo artístico, lo fantástico o lúdico. Significa "hacer de cuenta que...." Es la creatividad de poder imaginar, que permite sentir, por eso se halla por encima de lo que se puede dar. En consecuencia, la creatividad de aprender a aprender es un proceso complejo (de múltiples dimensiones) que combina realidad y fantasía, objetividad e imaginación; que debe ser reconocida y trabajada por la escuela.

En el plano individual, el aprendizaje responsable oscila entre el temor y la necesidad. Por una parte, si queremos lograr nuestras metas sentimos la necesidad del cambio. Por la otra, sentimos angustia al abandonar lo conocido y familiar. ¿Cómo resguardarse de la angustia que acompaña el aprendizaje? ¿Cómo encontrar una identidad profunda que se mantenga estable mientras se transforma la identidad superficial?

La identidad se genera en el espacio comunitario, deriva del campo social, de esa comunidad que tiene un lugar para el tú que uno es. Sólo con el apoyo del conocimiento y la camaradería de una comunidad, podemos enfrentar los riesgos del aprendizaje en temas significativos. El ejercicio de la libertad para crear, promueve y apuntala la estrategia del aprendizaje creador. Trabajar los procesos mentales se constituye en un pilar esencial para la construcción de un pensamiento complejo y polivalente y brinda las bases para un aprendizaje autónomo. Posibilita el ser creativo. En el plano social educativo, la sociedad valoriza la creatividad con el aplauso, la admiración y el prestigio, pero también recurre al rechazo social porque la creatividad puede ser fuente de conflicto social y psicosocial.

La creatividad suele ser calificada como lo raro, lo anormal, la desafiadora de los cánones tradicionales y puede amenazar la estabilidad; por eso la sociedad elabora resistencias a los cambios que se generan en ella misma. La creatividad supone innovación y ésta puede dar lugar al cambio. El cambio implica inestabilidad poniendo en tela de juicio todo o parte de lo dado por cierto y seguro.

La función socializadora de la educación tiende a la conservación, a la repetición. El miedo a equivocarnos, a quedar mal, a perder aprobación puede dar lugar a sanciones; todos estos miedos nos acompañan y se transforman en miedo a perder poder, prestigio, reconocimiento; aparece el temor al fracaso.

Ser creativo supone coraje individual y colectivo. Supone vencer el temor a lo nuevo y al ridículo. Como expresa Csikszentmihalyi (1988): "La creatividad es una característica de las personas, de los grupos de personas y de las instituciones, lo que le da la posibilidad de estar asumida en diferentes grados". La creatividad caracteriza y adjetiva la cotidianeidad de las relaciones personales porque está en las distintas personas y en los diferentes sectores sociales, en distintos grados: hay personas más creativas y otras menos creativas, con mayor intensidad de creatividad o con menor intensidad de creatividad, con una creatividad más habitual o menos habitual. Sostiene Penagos Corzo (2000) que todos somos creativos y que es posible establecer niveles de creatividad, siendo esta cualidad una habilidad desarrollable.

¿Es lo mismo creatividad que inventiva? El diccionario de la Real Academia Española define la creatividad como la capacidad (de las personas, de los grupos e instituciones) de hacer nacer, dar vida o producir algo nuevo. La inventiva, en cambio, es la instancia superadora de la creatividad, es elevar tal capacidad por sobre la realidad, conduciéndola al plano de la imaginación. Los ejemplos históricos son Leonardo da Vinci y Julio Verne, entre otros.

La importancia de trabajar la creatividad de aprender a aprender se advierte en todos los niveles de la educación, pero fundamentalmente en los jóvenes alumnos de los profesorados, futuros docentes, para resignificar el rol social y las competencias imprescindibles en una época en constantes cambios y transformaciones, para favorecer una formación profesional que se sienta comprometida con el autoaprendizaje y sea capaz de generarlo en los demás.

¿Cuál es la actitud esencial que favorece la creatividad? Una actitud que deje de ver los problemas como tragedias y sean percibidos como oportunidades, como retos a la imaginación, porque permite contactarnos con una serie de posibilidades dentro de nosotros mismos y del entorno.

(*) Doctora en Historia
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