La fiscalía va a fondo en pos de desenmascarar al "rey del pop"

Los fiscales del caso de Michael Jackson pidieron ayer al juez que fije una audiencia la semana entrante para decidir si admitirá la presentación de pruebas acerca de acusaciones previas de abusos sexuales por parte del artista.

Jackson no fue hallado culpable nunca de abusos sexuales en el pasado, pero los fiscales desean presentar testigos que según afirman demostrarán que el caso actual forma parte de un patrón de conducta. El jueves, un testigo mencionó el nombre de un niño que formuló acusaciones de abuso sexual contra Jackson en 1993 y recibió varios millones de dólares en un arreglo civil.

El fiscal distrital del Condado de Santa Bárbara, Tom Sneddon, pidió al juez del Tribunal Superior Rodney S. Melville que fije una audiencia sobre la cuestión para el 25 o el 28 de marzo.

Sneddon dijo que la fecha sería posterior a los alegatos finales de la fiscalía, en que se trata de demostrar que Jackson abusó del niño de 13 años en su rancho de Neverland en el 2003.

La próxima etapa de la fiscalía se concentrará en las acusaciones de que el cantante retuvo a la presunta víctima y a su familia cautivos después de la transmisión de un documental televisivo, en febrero del 2003, en que Jackson apareció con el niño y dijo que permitía a los niños dormir en su lecho, aunque calificó la situación de inocente.

No hubo un dictamen inmediato acerca de la fecha de la audiencia.

Se había indicado a Jackson que su presencia no era necesaria ayer en el tribunal. Uno de sus abogados dijo al final de la vista del jueves que Jackson todavía sufría dolores debido a una lesión en la espalda y que descansaría durante el fin de semana.

Una ex ama de llaves de la hacienda de Michael Jackson declaró el jueves en el juicio que el artista tenía varios amigos de 10 a 14 años de edad, y que vio a algunos de ellos aparentemente ebrios en la casa.

Kiki Fournier dijo que los niños que se quedaban en Neverland unos días o hasta unos meses en ocasiones dormían en la recámara de Jackson, y describió que se les permitía correr a voluntad sin supervisión de sus padres y con poca disciplina por parte del músico, que les dejaba desvelarse, comer dulces, ver películas y jugar.