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 sábado, 19 de marzo de 2005  
El otro cine. El director presentó la película "Conociendo a Julia", en el Festival de Mar del Plata
Istvan Szabo: "El rostro mostrando emociones es lo más importante de una película"
El realizador húngaro aseguró que le da especial importancia a la expresión que los actores transmiten con sus facciones

Fernando Toloza / La Capital

Mar del Plata (enviado especial).- El director húngaro Istvan Szabó, responsable de obras maestras como "Mefisto" y "Sunshine: el amanecer de un siglo", se convirtió en la figura más aplaudida del encuentro. El realizador llegó para presentar "Conociendo a Julia", el filme por el que Annette Bening estuvo nominada al Oscar.

La película, con un elenco notable en el que también se cuenta Jeremy Irons, relata la historia de "la" mejor actriz de teatro en Inglaterra a fin de los años 30. Rodeada de algunos intrigantes, la actriz tendrá que mostrar todo su talento para seguir en la cumbre cuando surge una intérprete más joven con la que compartirá cartel y que, todo hace prever, se llevará los laureles. Aunque cuando todos dan por pérdida a la dama mayor, ésta despliega todo su talento, demostrando que el mundo, el real y el del teatro, sólo es cuestión de actuación.

-¿Por qué Annette Bening no ganó el Oscar al que estaba nominada por su papel en "Conociendo a Julia"?

-No tengo idea pero estoy muy enojado (risas). Se lo merecía, el problema es que no es muy buena boxeando (risas). Pero es excelente actuando.

-El personaje de Bening siempre está actuando, ¿cuándo decidió que ella debía dejar caer la máscara?

-Decidí que tenía que haber un momento en el que la audiencia pudiese ver qué hay detrás de la máscara, en el que la apariencia dejase lugar a algo real, y creo que eso se relaciona con el final de la película.

-Usted sostiene que el rostro del actor es lo más importante de las películas. ¿Cree que esa es una influencia del método Strasberg, que si bien nació para el teatro tuvo su mayor rédito en el cine?

-No. Sí considero que lo más importante en las películas es el rostro humano mostrando emociones, o pasando de un estado de ánimo a otro: amor, celos, odio. En los últimos veinte años he estado preocupado en mostrar rostros que reflejasen ideas y emociones. Mi trabajo con los actores se concentra en el rostro.

-¿Fue fiel a la novela "Teatro", de Somerset Maugham, en la que se basó la película?

-La traicioné un poco y la tuve que comprimir bastante. Por ejemplo, el personaje del maestro de teatro de Julia es diferente en el libro.

-Se dice que Hollywood fue construido por directores que llegaron a Estados Unidos desde Europa Central como usted. ¿Siente que está continuando esa tradición?

-Yo no siento que haya ido a Hollywood. Si tiene alguna noticia en su bolsillo sobre eso, muéstremela (risas). Sí me invitaron al principio de mi carrera, pero usted sabe que tendría que cambiar mucho y no podría hacer, por ejemplo, una historia sencilla sobre pequeños inmigrantes húngaros. Sí me gusta comprar mi entrada y ver alguna buena película producida allí.

-¿Conoció alguna vez a alguna actriz como Julia Lambert?

-Sí, me encontrado con ella más de una vez. Le diría que no hay ni un actor ni una actriz que sea diferente de Julia Lambert y, para ser honesto, le tengo que decir que también hay muchos directores como Julia Lambert: ambiciosos, celosos y autosuficientes.

-¿La ambición es entonces el motor del personaje?

-Lo que fue importante para mí fue abordar la historia de una mujer que tiene un talento especial y una gran ambición, que tiene que pelear, como usted o como yo, si aparece una persona mucho más joven y con mucho talento. Ella se preocupa por su posición hasta que revaloriza el talento que posee.

-¿"Conociendo a Julia" es una película sobre ganadores o perdedores?

-Ganadores. Ella es una ganadora porque tiene el valor de encontrarse a sí misma y decir "basta, quiero beber mi cerveza, es mía". Claro que eso tiene un precio.

-Habló usted de la búsqueda de seguridad, ¿pensó alguna vez en elegir, en función de esa búsqueda, otra profesión que la de director de cine?

-Me hubiese gustado ser médico, particularmente psiquiatra, especializado en periodistas (risas).

-Como en "Mefisto", en "Conociendo a Julia" el tema es un actor su mundo, aunque desde la comedia. ¿Por qué ese cambio de género?

-A veces disfruto mucho la luminosidad de una comedia, pero "Conociendo a Julia" no es una comedia ligera. El proceso fue igual para las dos películas. Las emociones y los problemas humanos son muy importantes. Me siento identificado con Billy Wilder, cuyos personajes nunca son tontos, locos ni ridículos. El los muestra en un espejo cómico pero sin rebajarlos a la estupidez, cosa que hacen las comedias que sólo buscan ser divertidas.

-Usted dijo que la audiencia es la que encumbra a un actor, ¿es lo mismo con un director?

-Para la audiencia es importante la gente que aparece en la pantalla y representa las emociones de los espectadores. Los actores son elegidos por la audiencia; los directores no, aunque hay pocos grandes realizadores, como Bergman o Fellini, quienes, por un tiempo, fueron reconocidos por el público que iba a ver una película por el nombre del realizador. Sin embargo, ese no es mi interés, yo sólo quiero contar historias y mostrar las emociones a partir del rostro de los actores.
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El realizador se quejó de los caprichos de Hollywood.

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