La medida también incluye el desalojo de las viviendas precarias que están en la barranca

La Justicia clausuró todos los muelles que están ubicados en la costa central

El juez Edgardo Bistoletti dijo que "realmente es un milagro que hasta ahora no se haya venido todo abajo"

Lucas Ameriso / La Capital

La Justicia provincial resolvió ayer clausurar preventivamente todos los asentamientos emplazados "sobre pilotes de madera o en barrancas en tren de desmoronamiento" que están ubicados a lo largo de la costa central entre la bajada Sargento Cabral, a la altura del Centro de Expresiones Contemporáneas (CEC), y la calle Ingeniero Thedy (Puerto Norte). La medida fue adoptada por el juez correccional Edgardo Bistoletti tras recorrer en lancha toda el área y a sólo tres días del desmoronamiento de 500 metros cuadrados de la estructura que sostiene el paseo peatonal en el parque España sur. Es más, ni bien bajó de la embarcación, su opinión fue contundente: "Realmente es un milagro que hasta ahora no se haya venido todo abajo", señaló.

El magistrado estableció que la Prefectura y la policía provincial deberán hacer cumplir la resolución, con facultades para allanar sitios en infracción. Además, instó a la Municipalidad y al gobierno santafesino a "desalojar" las viviendas ubicadas en diversos sectores de la barranca.

Apenas bajó de la embarcación, fue lapidario al detallar el estado en que vio los muelles de la zona relevada. "Realmente es un milagro que hasta ahora no se haya venido todo abajo", consideró y detalló que las maderas están en estado de putrefacción y en algún momento van a ceder. "Mi función es velar para que esto no vuelva a suceder nunca más", dijo y se retiró a su despacho.

La recorrida de la comitiva oficial comenzó a las 15 en punto, cuando una lancha de Prefectura zarpó aguas arriba con el fin de relevar el estado en que se encuentran los pilotes de madera sobre los que se asientan muelles de pesca, diversas estructuras y algunos paseos peatonales.Junto al titular del Juzgado Correccional Nº 8 estuvo su secretario, Carlos Pareto, la fiscal Elida Rivoira y el secretario de Obras Públicas municipal, José León Garibay. Cada tramo de la recorrida fue documentado por un equipo de filmación de la Justicia.

El punto de partida fue el kilómetro 420 (entre el CEC y el ala norte del parque a la Bandera). Allí, debajo del paseo peatonal, un entramado de maderas quebradas y desgastadas se intercalaban con algunos pilotes de hormigón de diferente altura y dimensión. También a la altura de la pérgola del CEC existe otro sector semiderrumbado con peligro de ceder en cualquier momento.

Tras repasar el estado en que se encuentra la zona en donde se produjo el derrumbe del domingo, llegó el turno de observar los muelles para pescadores que pertenecen a la Peña Náutica Bajada España, Peña Rosarina de Pescadores Deportivos, Círculo de Cazadores Deportivos Guillermo Tell y el club de Pesca Bartolomé Mitre.

Todos ellos, según se pudo apreciar, utilizaron una parte de la vieja estructura de madera desvencijada para asentar muelles de pesca.

A la altura del parque de las Colectividades los funcionarios pudieron ver cómo una estructura que perteneció a la ya demolida ex Unidad IV (kilómetro 423), hace las veces de improvisado muelle.

Metros arriba, y sobre la barranca, existen diversas viviendas hechas de madera y chapa.

La travesía fluvial de los funcionarios siguió por el sector del parque Sunchales y culminó frente a la guardería Botar. Ya aguas abajo, la lancha fue hasta las guarderías náuticas del centro, el Club Ministerio de Obras Públicas y la zona franca boliviana, donde también existe otro tramo de estructura derrumbado sobre el Paraná.

"Han visto lo que se aprecia aquí, creo que el 99 por ciento de los rosarinos no tiene la menor idea de lo que es la barranca del Paraná", dijo el magistrado.

Bistoletti fue específico a la hora de referirse a las humildes viviendas que están empotradas en la barranca."Hay lugares con asentamientos precarios que no resisten un minuto más, por eso ordeno la clausura general y provisoria para luego, con los estudios correspondientes, ir levantando las clausuras en la medida en que se hagan las tareas pertinentes", afirmó.

El juez fue elocuente en relación al estado de los muelles que usan los clubes de pesca de la costa central. "Se pudo observar el lamentable estado en que se encuentran apoyados algunos asentamientos en la zona costera, sobre madera en pésimo estado y que no poseen base firme".

Bistoletti indicó que las maderas "están en estado de putrefacción y no se sabe cuánto más durarán".

A la hora de precisar cual será el destino de las familias que armaron viviendas precarias en la barranca, el juez precisó que analizará cada caso en particular y con cautela "porque si se retira a una familia, el poder político no tiene dónde reubicarla. Lamentablemente nunca debieron estar allí", opinó.

Bistoletti manifestó que desde la Justicia "se debe proteger la salud y la integridad física de las personas".

El juez puntualizó que en la recorrida vio como una persona estaba pescando "en un lugar donde había una cloaca, en medio de un olor insoportable y arriba de una madera toda podrida".

A su turno, Garibay hizo referencia a la resolución judicial para recordar que la Municipalidad estaba en gestiones para sellar un acuerdo con los clubes de pesca que permitiera hacer obras de mejoras en sus muelles. "Lo del domingo precipitó las cosas y entendemos que corresponde clausurar", reconoció para luego afirmar que las familias asentadas sobre las barrancas "deberán ser incluidas en una política de traslado, algo problemático por lo habitacional y por su modo de vida vinculado al río".

Los funcionarios recorrieron ayer la costa.