Boxeo: Sebastián Luján peleará por el título mundial interino welter de la OMB

Sebastián Luján desafía a la adversidad día tras día. Con mucho amor propio. Con la convicción de aquellos que saben que pueden. Sin temor a lo que viene. Y con las fuerzas templadas por la vida misma. Un hecho común en boxeadores con proyección. Un sello indeleble en el derrotero de aquellos que convivieron con la carencia desde la cuna. Por eso mira fijamente a los ojos de quien lo entrevista cuando habla de sus padres y de su equipo de trabajo. Y sonríe con picardía cuando la consulta gira en torno al riesgo de marearse con la fama. "Es un peligro, pero los buenos consejos me hicieron comprender que la fama cuesta pero no vale", asegura Iron, un apodo sustentado en su potencia y resistencia.

Luján habla con orgullo de su lugar de origen y muy pronto ubicará a su Rosario en una instancia por un título mundial de boxeo, algo inusual para los rosarinos. El sábado combatirá con el marplatense César Leiva en el estadio de la FAB y la pelea será televisada por TyC Sports. Pero el próximo 18 de febrero subirá al cuadrilátero en Atlantic City como retador del título mundial interino welter de la OMB, ocasión en la que intentará despojar al puertorriqueño Kermit Cintrón.

-¿Cuánto sacrificio hiciste para llegar a esta oportunidad?

-Mucho. La gente por ahí ve los logros, pero el sacrificio que se hizo para alcanzarlos no se ve, no está a al vista, pero nosotros sí sabemos todo lo que hicimos para llegar hasta aquí, y también sabemos todo el sacrificio que hay por hacer para alcanzar los objetivos que faltan.

-¿Por qué a muchos boxeadores les cuesta entrenar?

-Es que se sufre mucho desde el principio. Es entrenar muy duro, pelear, entrenar, pelear y tratar de ganar siempre para que algún día puedas llegar a obtener una paga por todo este esfuerzo.

-Cuando llegás a esa instancia en la que aparecen los primeros montos de dinero y ya te hacés conocido en el ambiente, ¿no estás también en riesgo de marearte y convertirte en víctima de la fama y de los que se acercan para aprovecharse de ese momento?

-Lo que decís es cierto y también difícil, porque a veces se te vuelan los pajaritos y te confundís. Cuando venís de una condición humilde y aparecen las primeras comodidades pensás que ya tenés todo, pero no, porque falta lo más importante que es llegar a ser campeón del mundo. Por suerte yo tuve el consejo de mi madre, de mi padre, de mi entrenador para ubicarme.

-¿Tenés esos personajes que parecen amigos y que siempre están alrededor del deportista al que le va bien?

-No, yo no necesito de ese tipo de gente porque tengo en mi entorno a las personas que me contienen: mis padres, mis hermanos, mi técnico Guillermo Ayala Lezcano, mi preparador físico el ruso Arriegui, mi representante Luis Paz.

-¿El boxeo es una elección o una derivación por los golpes de la vida?

-La vida no me trató tan mal. Tuve una buena infancia dentro de todo, me crié bien y nunca me faltó para comer. Yo elegí el boxeo porque me gusta, porque la amo.

-Dejaste de ser una promesa, ya sos una realidad en el boxeo, ¿esa realidad hoy se llama Leiva o ya es el boricua Cintrón?

-Hoy pensamos en Leiva, después del sábado comenzaremos a pensar en Cintrón, que será mi próxima víctima.

-¿Qué sabés de Leiva?

-Que es un boxeador de experiencia, que fue campeón argentino, que se las trae, que está bien entrenado y que va a subir a bajarme, pero yo estoy bien entrenado y quiero dejarlo rápidamente en el camino porque quiero ser campeón del mundo.

-¿Qué sabés de Cintrón?

-Sabemos que es un guerrero, un guapo, que tiene 24 peleas ganadas con 22 nocaut, está invicto. Pero yo tengo lo mio y lo voy a bajar, porque soy mejor que él y porque nadie impedirá que sea campeón del mundo.

-¿Quién viene si le ganás al puertorriqueño?

-Después quiero pelear con el mexicano Antonio Margarito, quien es el campeón mundial en receso.

-¿Cómo te trata Rosario?

-Muy bien, el público de mi ciudad siempre me apoyó, y la gente en la calle me alienta. Me gustaría más respaldo de los medios de comunicación de Rosario.

-¿Qué te falta para consolidarte?

-Yo ya puedo vivir del boxeo, pero lo que aún no puedo es disponer de la estructura profesional necesaria para asegurarme una preparación adecuada de cara al combate por el título. Todo cuesta. Tenemos que ir a Salta para una mejor puesta a punto y si aparece alguna empresa importante que me quiera acompañar con alguna sponsorización se lo voy a agradecer. También quiero ser agradecido con aquellos que ya están colaborando, como Eduardo López, Osvaldo Rivero y algunos comercios de aquí.