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 domingo, 17 de octubre de 2004

Sólo de centrehalf
¿Te acordás, hermano?... de Andrés Rinaudo
No aceptaba jugar en otro puesto. Fue 5 desde que se inició en Defensores de Nuevo Alberdi, en los 5 años en el salaíto y en su paso por Colón, Quilmes y el fútbol del interior

Javier Parenti / La Capital

El círculo central era su lugar en el mundo del fútbol. Desde su posición de centrehalf y en la canchita de Defensores de Nuevo Alberdi, que custodiaba el frente de su casa, Andrés Rinaudo se abrazó a este juego ni bien llegó a los 5 años de su San Luis natal. Los primeros pasos en AFA los dio en 1954, cuando Argentino estaba en la C; en el 59 pasó a Colón de Santa Fe en la B, un año después llegó a Argentino de Las Parejas, en el 61 fue a Quilmes y continuó su carrera en el campo, durante 7 años.

Nuevo Alberdi recibió a Andrés con los brazos abiertos cuando su papá lo trajo mientras buscaba un porvenir. Tiempos de pocas casitas y escasas monedas. Por eso en la pelada canchita de Defensores de Nuevo Alberdi, cerquita del puente de circunvalación y calle Baigorria, la pelota recibía patadas descalzas. "No había plata y a las zapatillas las cuidábamos para que no se rompieran en el dedo gordo. Si recién empecé a jugar con zapatos de fútbol cuando llegué a Argentino", rememora.

"Tenía 19 años cuando fui a jugar a la primera del salaíto, en el 54, y ahí me dieron los primeros botines. Nunca me los voy a olvidar, eran unos Realco. Ya muy usados, los estrujaba y me venían bien porque como yo no tenía mucho dominio de la pelota, si eran duros me hacían peor. Los adoraba, era como jugar con zapatillas", explica Rinaudo.

"No era habilidoso, sino más bien fogonero -como papá, nada más que él lo era en los barcos con los que recorrió el mundo-, era de meta y meta los noventa minutos, no paraba porque me entrenaba muy bien por mi cuenta. Era el centrehalf, el 5 de antes, bien parado en el medio de la cancha. De ahí no salía, por más órdenes que me diera el entrenador", reconoce mientras dice que su ídolo era Pipo Rossi y no deja pasar por alto que al mismo tiempo los domingos jugaba en Monte Buey.

En aquel Argentino fue parte de varios equipos y uno de los que más recuerda era el que integraban "Valvasoni; Polo Carreño y Cockrane; Gómez (que después fue dirigente de la UOM), Yo y el perro Manzi (papá del pibe que jugó en la primera de Central); Verolín, Pafundi, Ripoll, Cacho García y Malisenski".

Jugaba en aquel torneo de Primera C de AFA en los que se ganaba sólo de local. Es que "en Buenos Aires nos mataban a patadas, aunque acá hacíamos lo mismo. Los primeros 10' eran para ver quién se imponía en la ley del más fuerte. Además, no había hinchadas rivales porque cuando viajábamos íbamos solos en el tren, en segunda, y hasta nos llevábamos la comida nosotros".

Estuvo hasta el 58 y ese año se dio el gusto de jugar en la selección rosarina -porque los de primera de Ñuls y Central estaban en huelga-, "en el clásico partido por la Copa Asociación ante Uruguay, en el estadio Centenario. Fui como suplente de Sanguinetti, que jugaba en Newell's, y terminé jugando en el segundo tiempo porque se lesionó".

"El Alemán Celli, que era el técnico preguntó quién era el otro centrehalf, ni me conocía. Entré y me maté como siempre, lástima que perdimos 1 a 0, pero ellos ya eran grandes y conocidos", agregó Andrés.

"Cuando volvimos me compró Colón por 60.000 pesos, claro que no vi un centavo. En Santa Fe jugué un año y como el equipo no anduvo bien, pero por mi buen comportamiento me dieron el pase libre y fui a Argentino de Las Parejas, para quien jugaba los torneos nocturnos de verano".

Igual, para los sabaleros jugó dos clásicos y en uno "tuvimos que ir cambiados porque los clubes estaban peleados y no nos prestaban el vestuario más que para el entretiempo".

Y le surgió la chance de ir a Belgrano de San Francisco, Córdoba. Pero casi no jugó porque lo llevaron a Quilmes a prueba en un octogonal en Buenos Aires. "Gusté y me compraron en 100.000 pesos, pero allá me tapó Nemiña, un monstruo que después llegó a Newell's. Para los cerveceros sólo jugué ante Newell's, cuando estaba en la B y tenía cuatro brasileños y al Indio Solari en la delantera". Y al año siguiente el técnico lo quiso hacer jugar de half izquierdo y prefirió volver a Rosario.

"Me llamaron y jugué 3 partidos en Concepción de Tucumán, pero el día anterior a volver para quedarme definitivamente allá me surgió la posibilidad de ingresar como inspector de la dirección general de transporte de la provincia, con asiento en la estación Mariano Moreno, donde trabajé 36 años (28 como jefe)" y entonces se quedó. "Y firmé con Belgrano de Serodino un año, luego jugué durante 4 años en Provincial de Salto Grande y 2 en Atlético San Genaro Norte, donde terminé mi carrera de futbolista". l

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Rinaudo terminó su carrera en el fútbol de la región.

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