La Capital
Año CXXXVII Nº 48465
La Ciudad
Política
Economía
El Mundo
Opinión
Información Gral
La Región
Policiales
Cartas de lectores
Señales


suplementos
Ovación
Educación
Campo
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Salud 28/07
Autos 28/07
Turismo 25/07
Mujer 25/07
Economía 25/07
Página Solidaria 25/07
Señales 25/07


contacto


servicios

Institucional

 sábado, 31 de julio de 2004

candi
[email protected]

-"Me siento presa estando libre, condenada siendo inocente". Así comienza la conmovedora carta de Dora, una mujer de 75 años que después de casi cuarenta años de trabajo hoy debe pasar los últimos días de su vida en la humillación de la dependencia. El caso de Dora es uno entre tantos que existen en este país. La desdicha de esta mujer, que quedó viuda a los 65 años, es una más entre tantas desgracias argentinas. Lea por favor, Inocencio:

-"Después de casi un año de haber descubierto este espacio de reflexión que leo en la soledad de esta casa, cuando todos están afuera luchando para sobrevivir, me animé a escribirles. No hubiera podido hacerlo sin la ayuda de mi querida nieta que está aquí a mi lado, escribiendo las palabras que salen de mi corazón. Ante todo, quería darles las gracias porque al leerlos y al leer las cartas que les llegan me he dado cuenta de que hay mucha gente que sufre como yo y aunque esto me hace sentir que no soy la única, me entristece mucho. Usted, Candi, dijo un tiempo atrás que los hombres y mujeres de la tercera edad fueron condenados y que parten sin paz y preocupados. Sí, tiene razón. Yo trabajé como docente durante más de 30 años. Di los años más hermosos de mi vida con amor y vocación a la enseñanza, pero como con mi esposo nuestros ingresos no nos alcanzaban para vivir dignamente, también cumplí tareas fuera de la docencia. Fueron años de lucha, de esfuerzo y de esperanzas. Esperanzas de que la vejez nos iba a encontrar con un sueldito que nos permitiera vivir con cierta paz en los últimos años de nuestras vidas. Desafortunadamente mi esposo, un comerciante honesto y luchador, falleció hace 10 años como consecuencia de un infarto de miocardio. No tengo dudas de que fueron las preocupaciones, las broncas las que al fin deterioraron su salud. Broncas por ser víctima de un Estado voraz que tenía como socio. Yo lo perdí todo, hasta mi casa, y sólo Dios sabe càmo pude sobrellevar todo eso. Fueron días de dolor y de llantos.

-Muy triste, Inocencio. Siga por favor.

-"Mi adorado hijo me acogió en su casa y yo le agradezco a él y a su esposa todo el cariño y el cuidado que me prodigan. Apenas si percibo un haber jubilatorio que me alcanza para comprar los remedios y pagar un terrenito en la última morada. Fíjese usted, Candi, en qué gastamos nuestros miserables haberes los jubilados. Si no fuera por mi hijo yo no podría comer, ni tendría con qué vestirme, ni tendría dónde vivir. Aun cuando sé que me aman muchísimas veces me siento un estorbo, siento que he sido condenada. Y debo confesarle que más de una vez le pregunté a Dios por qué no me llevaba, que por favor lo hiciera. Que era injusto que partiera tanta gente joven siendo que yo estaba con tanta soledad y tan dependiente. Pero una vez mi nieta, que tiene 25 años y es una chica hermosa y brillante, me dio un recorte suyo. Usted había dicho que a pesar de los sufrimientos uno tenía que seguir adelante, que Dios nos necesita para cumplir la tarea que nos asignó. Me emocioné mucho no sólo por sus palabras, sino porque entendí cuánto me amaba mi querida nieta, que lagrimea junto conmigo en este momento, y que yo tenía mucho para dar: mi amor. De todas maneras, mi tristeza no se ha ido y no tanto por mi situación, porque yo tengo las valijas espirituales preparadas para el último pasaje, sino por los adultos trabajadores y los jóvenes, porque advierto cuántas cosas feas y tristes deberán afrontar. Yo no puedo hacer mucho, sólo orar y rogarle a Dios para que todo esto cambie y a veces pienso que si todos nos uniéramos y le dijéramos basta a quienes nos han llevado a esta situación algo podríamos hacer. Mi sufrimiento se magnifica, porque escucho a mi hijo y a su esposa cuánto sacrificio hacen para poder mantenerse, salgo a la calle y veo cómo hay personas que sólo comen de lo que encuentran en la basura y me quedo asombrada y pasmada de ver todo lo que ha pasado aquí. Candi, discúlpeme, tendría mucho para decir pero sólo quería expresarle lo que siento, que comparto mucho de lo que dice y desearle lo mejor a usted, a Inocencio y a todas las personas de ese diario. Que Dios se apiade de nosotros. Dora".

-Inocencio, cualquier reflexión está de más. Hasta mañana.

Candi II
contacto


buscador

clima mas
Mín 0º - Máx 16º
nubosidad-variable.gif

la frase del día
"Tenemos el salario básico más bajo de la Argentina y estamos en una de las provincias más ricas pero injustas"
Gustavo Teres
Dirigente local de Amsafé
Ver noticia


tapa edición impresa

la foto del día ampliar foto
ampliar foto

humor mas humor
ampliar


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados | Desarrollado por SPCOM