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 domingo, 02 de mayo de 2004

[Memoria]
Un oficio recibido como herencia de familia
Alicia Schone trabaja en encuadernación rústica, "el arte de mantener vivos a los libros"

Gabriel Zuzek

La señora Alicia Schone de Ichiyoshi tiene 66 años y el legado de la encuadernación rústica. El oficio milenario que le dejó como herencia su abuelo paterno Hermann Schone, un inmigrante alemán de fines del siglo XIX. El abuelo tuvo siete hijos y cuando murió, el encargado de continuar con el oficio fue el padre de Alicia, Edmundo Albino Schone.

"La encuadernación es algo que tiene que gustar -recalca Alicia Schone-, ahora se nos denomina conservadores o restauradores pero eso es como una rama dentro de la encuadernación. Nuestro oficio es el arte de mantener vivos a los libros para que no se deterioren ni se pierdan".

Alicia Schone observa el mundo detrás de unos finos lentes, agita sus manos de manera locuaz, habla con rapidez y apunta: "antiguamente se encuadernaba con maderitas. Empezaron con los papiros que incluso se los ponían entre tablas y se los cosían con hilo".

Una brillante luz matinal ingresa por la ventana del taller ubicado en el cuarto piso de la Biblioteca Argentina y se posa suavemente en uno de los bordes del telar donde Sandra -su asistente- hilvana con paciencia un libro de ciencias técnicas. Los Schone siempre fueron adoradores de los libros y más allá de encuadernarlos y de fortalecerles su vida útil poseen una gran devoción por la lectura.

Alicia Schone afirma que la encuadernación siempre va existir por más que en el mundo se estén utilizando técnicas muy avanzadas como el microfilm. "Los europeos, que todo el tiempo están estudiando como conservar los libros, dicen que el microfilm además de ser muy costoso tiene el inconveniente de que no se conoce cuánto tiempo sirve y nosotros todavía conservamos libros que tienen cientos de años". Reniega un poco porque considera que en gran parte de Latinoamérica no hay cultura de conservación de los patrimonios culturales y augura que el único problema que tiene este oficio "es que se está extinguiendo la manera de hacerlo bien".

Sin embargo, se la nota contenta y respira con tranquilidad porque ya encontró una fiel heredera para que la actividad no desaparezca. Es su hija menor, Patricia Ichiyoshi de 42 años. "Ella está dedicada plenamente a la actividad desde hace varios años porque para nuestra familia la encuadernación rústica no es hobby sino que es nuestro medio de vida", manifiesta Alicia Schone.

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