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 domingo, 18 de abril de 2004

Newell's y la imperiosa necesidad de despegar ya mismo
El conjunto de Gallego necesita ganar para creer que puede

Alejandro Cachari / Ovación

Newell's parece haber levantado vuelo en el momento preciso, aunque todavía no logra desprenderse del todo de la principal característica que poseía el conjunto rojinegro en la era Veira. Aún depende demasiado de las individualidades para que el equipo se haga fuerte. No logra cohesión si alguno de sus actores falla en su actuación individual. Es más, la levantada de Jairo Patiño y Mauro Rosales parecen ser el argumento casi excluyente de los triunfos sucesivos ante San Lorenzo y Gimnasia.


El plus del descanso
El equipo de Gallego llega mucho más entero que su rival, pero ello no le asegura el éxito, más bien debe hacer los deberes correctamente en un par de aspectos del juego que pueden hacer desaparecer ese plus muy valorable que le ofrece un cronograma de partidos mucho más convencional que el de Central.

Por lo pronto deberá afrontar una nueva prueba de cómo el entrenador modifica nombres y agigante permanentemente el fantasma de una titularidad insegura. Si bien no es un bien adquirido, estar entre los once y saberlo antes de empezar la primera práctica de la semana genera una tranquilidad que es muy fácil de comprobar en el rendimiento posterior. En Newell's hay que esperar que los protagonistas se den cuenta que no van a estar para empezar a moldear el rompecabezas. No parece la mejor receta, pero es una de las características más notorias de su entrenador. O no confía, o no está conforme. Para el caso es lo mismo.


Ya decodifica el mensaje
El dato positivo es que los resultados empezaron a consolidar el flamante matrimonio entre Gallego y sus jugadores y entonces el mensaje llega con mayor claridad y la interpretación en el campo de juego es mucho más parecida a lo que pretende el entrenador.

A pesar de las modificaciones constantes, la defensa rojinegra es bastante sólida siempre y cuando no se aferre a ese berretín de asfixiar al rival lo más cerca de la mitad de la cancha posible. Newell's desconoce ese aspecto del plan. O en todo caso debe aprender a jugar de esa manera, algo bastante improbable por ahora porque tiene futbolistas que no podrían responder a ese esquema. Ya quedó demostrado.


El peso de ser favorito
El peor pecado que podría cometer es cargarse de responsabilidades. Que ese punto recaiga sobre los hinchas y el folclore del partido. No deben hacerse cargo de la clasificación de Central a la siguiente fase de la Copa ni sentirse superiores porque su rival llegará cansado y desmembrado.

Ese podría ser un peso muy difícil de sobrellevar. En todo caso, podría aferrarse al buen momento de Patiño y Rosales, que jugarán por el sector que Central más sufre por el mal de ausencias.

Llega como candidato, o la coyuntura lo ubica como tal, a un partido en el que considerarse superior podría ser el peor pecado. Pero tiene los elementos individuales para prevalecer. Debe darle forma de equipo.

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