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 domingo, 18 de abril de 2004

Dietas: Mucha fibra

A través de la alimentación, la dieta macrobiótica busca lograr un equilibrio entre la naturaleza y el individuo. Este concepto tiene su origen en Japón, donde cuerpo y mente son inseparables. Aunque se trata de una dieta vegetariana, lo que se come, cómo y por qué tiene su propia explicación filosófica: los alimentos se clasifican en dos grandes grupo que corresponden al ying (frutas y verduras) y al yang (cereales integrales) y habría que combinarlos en forma equilibrada para sentirse bien.

Se caracteriza por excluir el azúcar blanco, los alimentos refinados y tratados industrialmente, la carne, los embutidos, los huevos, los lácteos, las bebidas alcohólicas, los dulces, el café, las grasas animales, las margarinas, la miel y las frutas tropicales, entre otros. Una dieta bastante restrictiva parece haber convencido plenamente a la rubia Gwyneth Paltrow, que llegó al extremo de llevarse su cocinero, cargado con frutas y verduras orgánicas a alguno de sus rodajes.


¿Qué se come?
Los alimentos básicos de la alimentación macrobiótica son los cereales integrales cocidos (arroz, avena, maíz), verduras (frescas o crudas) y las legumbres. Sólo ocasionalmente está permitido el pescado. También incorpora algas marinas como parte importante de los menús diarios y típicos alimentos de origen japonés (soja, entre otros).

Además es muy importante la forma de preparar y cocinar los alimentos, sobre todo las verduras, que normalmente se hacen al vapor. Entre las ventajas de esta dieta se encuentra el gran aporte de fibra. Además, los expertos en macrobiótica adecúan esta dieta a las características y necesidades de cada persona, incluso en función del país donde viva o la estación del año.

Al tomar muy pocas proteínas, se pierde masa muscular, lo que rápidamente hace adelgazar (por lo que esta alimentación atrajo tanto a modelos y actrices). Sin embargo, tomar tan pocas proteínas y el hecho de que las de origen vegetal puedan no ser bien asimiladas, conlleva un riesgo grande de sufrir carencias, anemia e incluso desnutrición.

Seguir una dieta macrobiótica no es fácil socialmente, ya que no se pueden comer alimentos tan normales como lácteos, pizzas, carne, ensaladas o pan. Otro de los inconvenientes es que se basa en el consumo de frutas y verduras orgánicas, más caras que las habituales.


Para probar un día
Un típico ejemplo de menú macrobiótico que se puede probar durante un día se compone de:

* Desayuno: una taza de té y galletas de arroz untadas con paté de sésamo o vegetal.

* Comida: arroz integral hervido con un trozo de alga y algo de proteína vegetal. Como postre, compota de manzana natural o una taza de té.

* Merienda: un té con galletas de arroz con mermelada o paté vegetal.

* Cena: sopa con verduras y hongos, y verduras al vapor. De postre, té o un trozo de torta hecho con copos de avena y gelatina.

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