Llamado intimidatorio en la Rosada

Amenazaron con hacer "desaparecer" el museo que funcionará en la Esma

"Son los nostálgicos del terrorismo de Estado", interpretó el secretario presidencial Oscar Parrilli

El secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, denunció ayer haber recibido amenazas en su despacho en las que advertían que iba a "desaparecer todo lo que se hiciera en la Escuela de Mecánica de la Armada", tras la decisión de convertir ese predio, símbolo de la represión de la dictadura, en Museo de la Memoria.

En tanto, el juez Claudio Bonadío solicitó a los medios de prensa que le remitan videos y fotografías de los daños registrados en la Esma en el marco del acto encabezado por el presidente Néstor Kirchner el 24 de marzo pasado.

Parrilli precisó que anteayer por la tarde se recibió una llamada anónima en la Secretaría General "en la que se hacía alusión a que todo lo que se hiciera en la Esma iba a desaparecer o a ser destruido".

El secretario presidencial detalló que en la llamada, recibida por un empleado a cargo de un conmutador telefónico, no se hizo alusión al presidente y adelantó que el gobierno presentará la denuncia penal correspondiente.

El funcionario aseguró, además, que no tiene conocimiento de que Kirchner también haya recibido amenazas en los días previos al acto en la Esma, después de que el diputado Miguel Bonasso revelara esa información en un programa periodístico.

Parrilli, quien se reunió con vecinos de San Cristóbal que repudiaban la destrucción de árboles plantados en homenaje a los desaparecidos, adjudicó las amenazas recibidas en la secretaría a su cargo a "los nostálgicos del terrorismo de Estado".

"Son a quienes les duele la política que el presidente está llevando adelante y la que ratificamos plenamente", destacó Parrilli, quien anticipó que hará la denuncia penal correspondiente para "encontrar a los responsables" de ese llamado.

Parrilli y el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, se reunieron con representantes de la Asociación de Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad para llevarle "la solidaridad" de Kirchner y ponerse a "su disposición para lo que necesiten" a causa de la destrucción de unos 30 árboles de los 70 plantados en memoria de los desaparecidos.

"Vinimos para traerle la solidaridad y el apoyo del presidente y manifestarle que esto tiene que servir para darnos más fuerza y energía", sostuvo Parrilli.

Por su parte, Bonadío solicitó a los canales de televisión y a medios gráficos que le remitan videos y fotografías de los daños registrados en la Esma. Fuentes judiciales indicaron que el magistrado aguarda que el lunes el personal retome sus tareas para poder establecer la cuantía de los destrozos y los materiales faltantes.

En cambio, ya se comprobó la sustracción de alrededor de un centenar y medio de placas que recordaban a los marinos fallecidos en el rastreador Fournier y una virgen de una capilla.

Las fuentes consideraron que el día de los hechos "hubo tres grupos con diferentes intenciones: en uno estaban las víctimas de la dictadura, en otro quienes manifestaron su rechazo con pintadas y otro, mucho menos numeroso, que fue a apropiarse de lo que pudiera".

Entre los que ingresaron a la Esma hubo una persona que dejó una nota con su nombre y documento ofreciendo su testimonio, en desacuerdo con algunos desmanes provocados en el lugar.

Los distintos intereses de los grupos que entraron a la Esma quedó evidenciado cuando, por iniciativa de los mismos manifestantes, se recuperó un crucifijo y un globo terráqueo que habían sido sustraídos de uno de los edificios internos.

Retratos de víctimas rodearon la Esma.