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 sábado, 27 de marzo de 2004

Denuncian recaudación clandestina en una comisaría de Santa Fe
Policías amenazan de muerte y apalean a dos prostitutas por no pagar coimas
"Si hablan van a terminar con un tiro en la nuca como Sandra Cabrera", habría advertido un comisario

Santa Fe.- Una trabajadora sexual denunció ayer que fue brutalmente golpeada por un comisario y tres agentes en una comisaria de esta ciudad porque se negó a entregarles dinero. "Si hablás vas a terminar con un tiro en la nuca como Sandra Cabrera", fue la amenaza de muerte con que los uniformados pusieron punto final a su cruel faena: María Lorena Rodríguez, de 24 años, había dado a luz hace poco más de un mes y producto de la paliza se le abrió la incisión de la cesárea.

El ministro de gobierno, Roberto Rosúa, se vio obligado a admitir que "la información es que ha habido una agresión muy dura sobre esta mujer" y luego de prometer que el delito cometido por personal policial "no va a quedar impune y sin sanción" anunció que los involucrados fueron "relevados de sus funciones".

El hecho ocurrió en la madrugada del miércoles último en 25 de Mayo entre La Rioja y Catamarca. En ese lugar del microcentro santafesino se encontraba la joven en espera de eventuales clientes cuando, poco después de las 2, los ocupantes de un patrullero de la comisaría 1ª le reclamaron que les entregara dinero, a lo que ella se negó. Por esa razón, según la denuncia que interpuso en la Dirección de Asuntos Internos, fue trasladada junto a otra meretriz, a la comisaría. Ya en la sede policial cuatro policías, entre quienes se encontraría el comisario Ballarini, castigaron con saña a ambas jóvenes.

"Eran las 2.15, estábamos en la calle 25 de Mayo (a una cuadra de la peatonal) cuando se detiene el patrullero de la seccional 1ª. Venían el chofer, el subcomisario, una agente y una prostituta que ya habían detenido. Me preguntan cuánta plata tenía. Le digo que no tenía, e insisten en preguntarme. Yo entonces les contesté que no les iba a dar plata. Me suben al patrullero y nos llevan a la seccional donde nos meten en la jaula y nos dejan".

Los suplicios todavía no habían comenzado. "Al rato -agregó la joven- viene el comisario Ballarini, un grandote de lentes, y otra vez insiste en preguntarnos cuánta plata teníamos. Le dijimos que no le íbamos a dar plata por lo que nos llevan a una oficina, nos tiran al suelo y nos empiezan a pegar patadas en todo el cuerpo, incluyendo en la cabeza. Luego de golpearnos un rato siempre pidiéndonos que les diéramos la plata, uno de los policías me agarra de las manos y Ballarini me saca la plata del pantalón. A mí me robó 80 pesos y a mi compañera, 20. Después de esto nos dijo una cosa que no la voy a olvidar nunca: que si lo denunciábamos íbamos a terminar como Sandra Cabrera con un tiro en la nuca".


Recaudador compulsivo
La mujer dijo que "esa guardia en la seccional 1ª está día por medio y cuando están hay que tener plata encima porque salen desatados a la calle. El que la maneja es Ballarini y aunque conocemos a los otros, no sabemos sus nombres. Pero desde que él asumió se desató una cacería. A veces son las 4 o 5 de la mañana y todavía te andan buscando para sacarte la plata. El Fiat Palio de la seccional 1ª a veces se mete a contramano con tal de cortarnos la huida si pretendemos escapar y ya sabemos que después viene el castigo por haberlo intentado".

En la noche del jueves la misma guardia "salió a recorrer las calles céntricas y amenazó a todas la chicas que trabajan en la zona diciéndoles que quién los denunciara terminará como Sandra Cabrera. Eso se puede averiguar hablando con cualquiera de ellas". La joven dijo "tener mucho miedo" aunque afirmó no estar arrepentida "de haber denunciado. Si estos siguen así en cualquier momento alguna de nosotras va a terminar como Sandra Cabrera".

Las mujeres estuvieron detenidas durante 12 horas. "Mi mamá fue a buscarme y no la dejaron pasar pese a que les imploró porque yo tenía que dar de mamar a mi bebé", contó también María Lorena quien tuvo un parto por cesárea hace dos meses y a causa de las patadas "se me abrió la herida de la cesárea y ahora estoy con hemorragia" a la vez que exhibió ante los cronistas de este diario los hematomas e hinchazones de su cabeza, producto de los golpes.

"Les supliqué que no patearan en la herida y peor me lo hacían. Buscaban pegarme en la panza todo el tiempo. A mi amiga le lastimaron los ojos a puñetazos. Es la primera vez que me pasa, porque estaban acostumbrados a que le diéramos la plata enseguida y sin decir nada. Pero yo ahora no podía tengo que alimentar a mi bebé" recordó entre lágrimas.

A raíz de los golpes en la herida de la cesárea, María Lorena se descompuso en la seccional 1ª y pidió que llamaran a un médico. "No querían llamarlo -siguió relatando- una de las agentes femeninas (que no intervinieron la golpiza) llamó de todos modos al servicio de emergencia oficial 107. Cuando vinieron ellos dijeron que me tenían que llevar al hospital pero los policías se negaron afirmando que ya nos daban la libertad".

Funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos buscaban ayer contactarse con el personal del servicio 107 para determinar si en la comisaría impidieron que la joven fuera trasladada a un hospital.

"No sé qué va a pasar ahora que los estoy denunciando. Tengo mucho miedo. Pero así no se podía seguir. Yo no hago esto porque me gusta, se los aseguro. No tengo otro modo de comer. Me arriesgo mucho al salir a la calle y ahora que tengo un hijo eso lo pienso todo el tiempo. Sabemos también que muchas veces es la propia policía la que nos manda a los ladrones para que nos asalten y golpeen en las calles, y después les entreguen el dinero. Yo no soy la única que sufrí esto. Hay muchas chicas golpeadas en esa comisaría que no se animan a denunciar. Y también hay quienes han sido violadas, yo conozco un caso del año pasado en que una chica denunció pero todo quedó en la nada. Así que no sé qué va a pasar ahora. Pero aunque estemos en la calle, somos seres humanos y no nos pueden tratar como animales", concluyó la mujer.

"Nada de esto va a quedar impune, no lo vamos a dejar pasar por alto. Semejante brutalidad no la vamos a tolerar y va a tener el condigno castigo ", prometió el ministro Rosúa.

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"Tengo mucho miedo", dijo la mujer.

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