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 domingo, 29 de febrero de 2004

Los grupos insurgentes armados estarían a dos horas de Puerto Príncipe
Aristide se aferra al poder y llama a sus partidarios a defender Haití
Reina una tensa calma en la ciudad capital tras las escenas de anarquía, saqueos y violencia del viernes

Puerto Príncipe. - El presidente haitiano, Jean Bertrand Aristide, con las columnas de los insurgentes a dos horas de esta capital y sometido a fuertes presiones internacionales para que renuncie, se mostró muy seguro de sí mismo ante la televisión estatal, reiterando que no renunciará e instando a sus partidarios a movilizarse pacíficamente para proteger la democracia. Aseguró, además, que mañana lunes estaría como de costumbre en su despacho. "Nada de irse", lanzó. "Yo mismo, en tanto funcionario, y los miembros del gobierno, estaremos en nuestros puestos el lunes", aseveró el jefe del Estado, cada vez más aislado en el plano internacional y que perdió el control de varias ciudades del norte del país.

Luego de las escenas de anarquía, saqueos y violencia del viernes en Puerto Príncipe, protagonizadas sobre todo por los partidarios armados del gobierno y que dejaron por lo menos ocho muertos, Aristide les pidió continuar la lucha, pero sin reemplazar a la policía. Ayer la ciudad se vio mucho más tranquila, pero la tensión era evidente y las huellas del caos y la violencia también. Algunos reportes de prensa indicaron sin embargo que los saqueos continuaban. El viernes, las fuerzas policiales eran invisibles en las calles de la capital abandonada a la acción de grupos armados que intimidaban a la población y disparaban al aire.

Un día después de que sus partidarios armados aterrorizaran a los residentes de la capital haitiana, Aristide pidió poner fin al saqueo generalizado y a la violencia pero les pidió seguir alzando barricadas para defenderse de los ataques rebeldes. "Nada dice que algunos terroristas (por los insurgentes) no estén ya en Puerto Príncipe, es necesario velar juntos por la defensa de la democracia en forma firme y pacífica", agregó.

Los rebeldes que controlan la mitad norte de Haití, conducidos por el ex comisario Guy Philippe, afirmaron que ya lograron infiltrarse en la capital (con 2,5 millones de población) y que evalúan el apoyo del que dispone el presidente. Los rebeldes amenazaron con atacar la ciudad pronto si Aristide no renuncia. Con la toma de la localidad de Mirebalais, los rebeldes armados están a dos horas de ruta de los suburbios de Puerto Príncipe, según informó el enviado especial del diario francés Le Monde.

En varias partes de la ciudad hay cadáveres tirados en la calle y de momento se desconoce si estas muertes están relacionadas con enfrentamientos políticos o si se trata de acciones de delincuencia común. "Es bueno construir barricadas, pero no durante el día porque es necesario seguir con nuestras actividades" administrativas y comerciales, estimó Aristide. "Pero por la noche, si es necesario, construyan barricadas para proteger la democracia", dijo.

Los insurgentes a quienes EEUU solicitó el viernes que no atacaran la capital, afirman que cuentan con 700 hombres armados. La policía haitiana por su parte tiene unos 4.000 efectivos, según el presidente, sobre todo apostados en Puerto Príncipe, sin contar con las "chimeres", o bandas armadas por el poder salidas de los barrios marginales y dispuestas a todo por defenderlo.

El viernes, las "chimeres" patrullaron las calles de la capital, blandiendo sus armas al grito de "cinco años", en referencia a la duración del mandato presidencial de Aristide que termina en febrero de 2006.

La situación en la capital haitiana empeoró fuertemente en las últimas 24 horas, la circulación de vehículos es casi nula por la falta de combustible, todos los comercios están cerrados, la gente no se anima a ir a sus trabajos, la electricidad funciona sólo intermitentemente. Al parecer lejos de esta realidad, Aristide espera la reanudación de las actividades comerciales en Haití, y solicitó "a los 46.000 funcionarios del Estado que estén presentes mañana en sus puestos" de trabajo.

En el plano internacional, el presidente haitiano desoyó los llamados de EEUU, Francia y Canadá para que renuncie. "Todos los llamados internacionales no van en igual sentido, recibo muchos llamados todo el día y también hay muchos de solidaridad", relató. (Reuters y AFP)

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Unos 500 balseros haitianos fueron interceptados.

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