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 domingo, 15 de febrero de 2004

Un secuestro que bajó los brazos de la resistencia

La última dictadura militar argentina tuvo como uno de sus objetivos al sindicalismo obrero. Oscar Smith fue uno de los íconos de la resistencia de la clase trabajadora, pero el 11 de febrero de 1977, hace 27 años, fue secuestrado y sus compañeros bajaron los brazos ante la violenta ley que imponían las Fuerzas Armadas.

Entre las primeras medidas que tomó la dictadura militar en marzo de 1976 estuvo la intervención en los gremios, y Luz y Fuerza fue uno de los primeros. Allí se había puesto en marcha un modelo autogestionado en la empresas eléctricas del país, inédito hasta hoy en el mundo.

La designación de un militar en actividad en la intervención de la empresa, y otro en el sindicato de Luz y Fuerza puso punto final a la participación directa de los trabajadores en la conducción empresarial. En el momento de intervenir el sindicato la empresa Segba cesanteó a más de quinientos trabajadores. Oscar Smith, que había sido uno de los principales partícipes del modelo autogestionario, y quienes lo acompañaban en el sindicato fueron cesanteados.

Una de las primeras medidas que tomó la dictadura militar fue dictar una ley que daba por terminada cualquier forma de participación obrera en la conducción de las empresas del Estado.

El clima de terror en las empresas alcanzó su máximo nivel cuando en diciembre de 1976 la dictadura militar intentó modificar el convenio colectivo de trabajo del gremio.

Desde la clandestinidad, Smith, demostrando que representaba a los trabajadores de manera auténtica inició la resistencia. Paros sorpresivos, abandono de los puestos de trabajo y rebelión individual de los trabajadores fue todo uno.


En nombre de la seguridad nacional
Frente a la reacción de los trabajadores, el gobierno militar puso en vigencia la ley 17.401, llamada de seguridad nacional. Cientos de trabajadores sin distinción de militancia fueron detenidos indiscriminadamente y enviados a la cárcel de Ezeiza. Ello no bastó para terminar con la reacción del gremio encabezado por Smith. Comenzaron algunas desapariciones mientras se intensificaba la aplicación de la ley 17.401.

El servicio eléctrico comenzó a tener problemas. Los cortes de electricidad crecían y la empresa no dudó en aplicar nuevas cesantías. La resistencia del gremio duró casi dos meses. El 11 de febrero de 1977, cuando Oscar Smith abandonaba su casa de Villa Domínico, fue secuestrado. Más compañeros fueron detenidos y enviados a la cárcel. Ya no era posible seguir resistiendo. De la manera más despiadada, como nunca había conocido el país, las fuerzas militares de ocupación impusieron su ley. El conflicto fue cediendo, aunque quedó en la memoria de los trabajadores la heroica resistencia del gremio encabezado por Oscar Smith, que demostró que su liderazgo era auténtico y que enfrentó a la dictadura más despiadada que conoció el país.

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