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 domingo, 30 de noviembre de 2003

Entrevista. El legislador le pone límites a la relación del PS con Kirchner
Giustiniani: "No vamos a liquidar la identidad socialista"
El senador no quiere que su partido forme parte delgobierno. "Tampoco planteamos confrontar", aclaró

Rodolfo Montes / La Capital

A partir del próximo 10 de diciembre el rosarino Rubén Giustiniani se convertirá en el quinto senador socialista de la historia argentina. Lo antecedieron Enrique del Valle Ibarlucea, el primero de América en 1913; Juan B. Justo, Mario Bravo (dos períodos) y Alfredo Bravo (tres períodos, el último en 1961). Los cuatro entraron a la Cámara por el distrito Capital Federal. Emocionado por el logro de acceder al Senado, Giustiniani habló con La Capital: "El desafío es construir un gran Partido Socialista", señaló.

-¿Cómo califica este momento político?

-La Argentina viene de la catástrofe, está en el subsuelo, con la mitad de la población en la pobreza. La reconstrucción institucional, económica y social del país va a llevar muchos años. Sin embargo, es un momento positivo porque vemos que cae un (Julio) Nazareno y llega un (Eugenio) Zaffaroni a la Corte Suprema, porque se derogaron las leyes de impunidad. Queda pendiente algo tan importante como generar trabajo y hacer una Argentina justa.

-El kirchnerismo busca alianzas por izquierda, ¿el PS estará para dar ese apoyo?

-Todo gobierno necesita incrementar su base de sustentación. Lo hizo Menem en su momento con una política neoliberal sumando hacia la derecha a la Ucedé y otros aliados. Hoy Kirchner tiene una compulsa interna en el PJ e intenta incrementar su base de sustentación con una política de contraespejo respecto de todo lo que hizo Menem en los 90, en este caso es hacia la centroizquierda.

-¿Y cuál será la postura del PS?

-El mejor aporte que podrá hacer el PS al gobierno y a la población en general será acompañar las políticas positivas y marcar los aspectos de la agenda económica y social que hoy no vemos claras.

-¿Qué sintió cuando vio la cara de los nuevos senadores que juraron con usted?

-En el Senado nos queda una gran deuda por saldar. Los reclamos de renovación política tan fuertes del 2001 no se materializaron, y así es que tendré que verme con ciertas caras en la Cámara. La paradoja es que esta gente llega por el voto popular. Entonces la clave es recomponer la participación popular y producir la reforma política para que la renovación sea efectiva.

-¿Con qué planes llega a la Cámara?

-El PS va al Senado a pelear por los derechos de la ciudadanía, de la gente, como lo hizo siempre. Vamos a marcar los criterios de honestidad y de decencia política de un Senado que estuvo signado por las peores cosas, como fue lo de "la Banelco" para aprobar la reforma laboral, y como lo fue sepultar la voluntad popular de la ciudad de Buenos Aires que votó a Alfredo Bravo y, en su lugar, termina asumiendo otra senadora (María Laura Leguizamón) que no representa el voto original.

-¿Qué repercusiones tiene en su partido el perfil progresista de muchas acciones de este gobierno?

-Para el PS es un momento complejo. El año pasado logramos cerrar una brecha de 44 años de divisiones entre los distintos partidos socialistas populares y democráticos. Con eso pusimos la base, los cimientos. Ahora nos queda lo principal, que es construir un gran Partido Socialista en la Argentina. El socialismo, que supo tener 44 diputados nacionales, prácticamente desapareció de la vida política argentina por 25 años. Y eso fue porque no interpretó en su momento los nuevos tiempos.

-¿El desafío es no errar en esta coyuntura?

-El gran desafío actual es interpretar correctamente este tiempo político que se sucede. De ese acierto dependerá nuestro avance.

-¿Qué actitud tendrán con el gobierno nacional?

-La política de relacionamiento con el gobierno nacional no es blanco o negro. Kirchner no es Menem. Nosotros aspiramos a un diálogo de ida y vuelta, un diálogo institucional. Cuando criticamos la idea de la transversalidad lo hacemos pensando en no liquidar nuestra identidad como socialistas. Queremos ser los primeros en apoyar las medidas positivas del gobierno de Kirchner, pero no desde adentro del gobierno. Porque en ese caso perderíamos toda posibilidad de crítica y de posturas diferentes sobre distintos temas, fundamentalmente económicos.

-¿La estrategia económica del gobierno no los satisface?

-No decimos que el camino económico que tomó el gobierno sea definitivo y contrario a los intereses del pueblo, decimos que no está claro, que queremos dialogar y discutir las políticas. No estamos pensando en confrontar abiertamente como en la época de Menem.

-¿Por qué cree que el gobierno impulsó un presupuesto 2004 que no modifica la distribución de la riqueza en la Argentina?

-Es un problema de relación de fuerzas. El acuerdo con el FMI obliga a un presupuesto que nos ata a pautas regresivas en lo social. Y esto va a profundizar las injusticias.

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Reutemann y Giustiniani (Gentileza La Nación).

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