Los talleres se ponen a mover los pedales

La realidad de los talleres no es tan diferente a la que viven las grandes fábricas de la industria textil. Apenas surgió la posibilidad de aumentar la producción todos sacaron el polvillo a las máquinas y volvieron a hacer funcionar los pedales. Durante los 90 muchos de los talleres se vieron obligados a cerrar sus puertas y otros a reducir drásticamente su personal. Además debido a la merma del trabajo las maquinarias no fueron modernizadas y hoy, luego de la reactivación, se encuentran con que no pueden responder a la demanda. Con este escenario la perspectiva de inversión en tecnología no parece tan probable porque el aumento de la producción no está garantizado en el tiempo y el temor a endeudarse desvela a más de un tallerista. Sin embargo, el impulso que vienen viviendo desde hace más de un año los entusiasma para seguir adelante y darle pelea a la batalla.