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 lunes, 24 de noviembre de 2003

Segunda lectura
Chocó con su ineficacia

José M. Petunchi / Ovación

Central es lo que es por obra y gracia suya. Todo lo bueno y lo no tanto que le pasó en el torneo corrió por su exclusiva responsabilidad. Es que este equipo que tantas veces hizo hablar al país futbolero por su juego de conjunto y por su caudal futbolístico también desperdició chances inmejorables para estar más arriba del lugar que ocupa en la tabla. Como la de ayer ante Olimpo, o como el otro domingo en la derrota ante Arsenal, que le hubiese permitido achicar distancias con los de arriba y quedar en una mejor posición. Con esto no se intenta posicionarse en el mismo andén de los hinchas, que enseguida se suben al tren de la victoria y amenazan con alcanzar sin escalas el título, cuando la realidad marca que le queda a kilómetros de distancia. Pero lo que no se puede objetar es que este equipo, que hizo mucho más de lo que la mayoría suponía, y en esto seguramente se puede incluir a muchos hinchas, periodistas y dirigentes del club, está donde está por derecho propio.

Ayer, sin embargo, tenía una nueva oportunidad para ratificar lo bueno que hizo en el torneo ante un limitadísimo Olimpo, pero no lo supo cristalizar. Le faltó inteligencia, estuvo impreciso en el traslado del balón e irresoluto en ofensiva, un mal que arrastra en este torneo. Para colmo el penal de Mena aceleró sus urgencias y lo metió en una vorágine que suele no dar buenos resultados.

Los dirigidos por Russo sistematizaron sus ataques por el costado de Ferrari, que tuvo una tarde de aquellas, y en ocasiones por izquierda con Papa, pero con Vitamina y Messera desconectados, sólo quedó Ezequiel para aportar una claridad que apareció en cuentagotas. Así lo poco que generó, chocó con las dificultades conocidas a la hora de la definición.

Por suerte para Central, Brazenas se equivocó al sancionar un penal inexistente a Belloso y la aparición de Javier Cámpora le permitió cambiar una historia que venía complicada. Por que el Cabezón no sólo marcó el segundo gol, en una jugada que inició él y que la terminó definiendo bárbaro, sino porque también le sirvió unos minutos después el tercero al equi, cuando el encuentro ya estaba igualado.

Un párrafo aparte merece el debut en primera como titular de Renzo Ruggerro. Más allá de la expulsión, en un equipo que tiene mucha tendencia a descompensarse por las características de sus jugadores, el pibe cumplió. Aunque le faltó presencia, siempre se las ingenió para estar bien ubicado, no se complicó, hizo siempre la más fácil, y le dio un prolijo traslado al balón.

Central ya venía con el ánimo un poco aboyado por el triunfo de Boca ante San Lorenzo del jueves pasado que le provocó desencanto. Pero ayer, cuando le tocaba hacer su parte para demostrar porque está considerado por algunos protagonistas como uno de los mejores equipos del torneos, volvió a trastabillar en la búsqueda de una victoria necesaria.

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Por esta acción, Brazenas decretó penal a Belloso.

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