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 miércoles, 17 de septiembre de 2003

PALIZA AL HIJO DE UN CAMARISTA
"Si a nosotros nos pasa esto, ¿qué le ocurrirá a la población en general?"
La familia de uno de los estudiantes golpeados en la seccional 7ª dio detalles impactantes de lo ocurrido

"Mi hijo no estaba borracho. Si hubiese sido así, ¿por qué la policía no le inició una causa ni a él ni a sus amigos?". Aun sabiendo que la defensa a ultranza de un hijo supuestamente alcoholizado va a parecer una obviedad para cualquiera, el camarista Ernesto Pangia decidió ayer que no podía seguir callado frente a la versión policial que atribuye al joven haber estado borracho cuando un policía lo noqueó de un puñetazo en la comisaría 7ª. También su esposa, que es abogada, salió al cruce de esa versión y contó detalles hasta ahora desconocidos sobre la paliza que le dieron a su hijo y a otros tres chicos, tanto frente a la disco Madame como en la seccional de Cafferata al 300.

Hasta ahora los Pangia se habían mantenido en silencio, pero ayer resolvieron salir a refutar públicamente la versión policial sobre el incidente en el que se vio envuelto su hijo Ariel. El camarista dijo que no hubo examen de alcoholemia a los jóvenes golpeados, primero por patovicas de Madame y luego por policías del Comando Radioeléctrico y de la comisaría 7ª. "Lo que hubo fue un supuesto examen de un médico policial que simplemente dijo que los chicos tenían aliento alcohólico, nada más", reveló.

Pero fue Luisa Beduino, la madre de Ariel Pangia y esposa del camarista, quien aportó detalles impactantes sobre el episodio que le tocó vivir a su hijo y los amigos. En declaraciones al programa "Sin Límites", que se emite a la tarde por LT8, Beduino dijo que el episodio comenzó cuando los cuatro jóvenes quisieron ingresar al boliche y uno de ellos, Rodrigo Vico Gimena, recibió un artero golpe en el estómago por parte de un patovica que lo acusó de pretender colarse.

Según Beduino, su hijo sólo quiso intervenir para calmar los ánimos mientras los patovicas continuaban golpeando al otro joven, que es hijo del ex juez de Instrucción Néstor Vico Gimena. En ese momento Ariel Pangia tomó su celular y avisó a Vico sobre lo que estaba ocurriendo, casi al mismo tiempo que aparecían dos patrulleros y se llevaban a la comisaría 7ª a los otros dos integrantes del grupo, Cristian Marrone y Fernando Carcovic.

A Rodrigo Vico, en tanto, lo siguieron golpeando y cuando cayó al suelo lo pisaron en la espalda, mientras Pangia pedía explicaciones por semejante despliegue de violencia. Cuando finalmente decidieron llevar a Vico a la seccional, Pangia dijo que él también iría porque no abandonaría a su amigo en esas circunstancias.

Al llegar a la seccional vio a Marrone y Carcovic sentados en un banco frente al mostrador de la guardia. Vico, en tanto, estaba ensangrentado y sufría por los golpes. "No les habían imputado nada, no les explicaron qué pasaba y ni siquiera los identificaron", contó Beduino a la audiencia de LT8.

Pangia decidió entonces volver a llamar al padre de Vico y cargó su la tarjeta de su celular ante la vista de todos. En eso estaba cuando apareció el oficial auxiliar Ricardo Roldán. "¿Y vos qué te creés, a quién estás llamando?", gritó e inmediatamente le dio un puñetazo en la cara. Después agarró el teléfono y lo pateó varias veces hasta destrozarlo.

Beduino contó que Pangia también comenzó a sangrar, y dijo que su billetera quedó manchada de sangre. Vico, en tanto, no paraba de quejarse por los golpes recibidos.

La abogada admitió que hasta ahora no había hablado porque ni ella ni su esposo querían que cualquier cosa que dijeran se tomara como un elemento de presión al juez que debe investigar este episodio. Pero también formuló la siguiente reflexión: "Si a nosotros, que tenemos cierto conocimiento del derecho nos pasa esto, ¿qué le ocurrirá a la población en general". Además, con una lógica implacable, razonó: "¿Acaso se justificaría que golpearan a un detenido por más que hubiese cometido un delito o una falta?"

Por último, descartó la posibilidad de que su hijo hubiese chapeado con el nombre del padre, como sugirieron fuentes policiales. "Nunca necesitamos hacer eso", dijo.

El camarista, en tanto, coincidió con su esposa en que el juez de Instrucción Jorge Eldo Juárez debe investigar sin presiones y con el único objetivo de esclarecer los hechos e identificar a los responsables. Y aclaró una vez más que hasta ahora se había mantenido en silencio para no mezclar la condición de víctima de su hijo con su trabajo como camarista.

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Ernesto Pangia, camarista penal.

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