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 miércoles, 17 de septiembre de 2003

Robaron 25 mil pesos a un gasista en Villa Gobernador Gálvez
Dos mujeres armadas y muy decididas
Entraron a una vivienda, le dieron un culatazo al dueño y maniataron a su familia. Tenían un cómplice varón

Ariel Etcheverry / La Capital

El trío que irrumpió antenoche en una casa de familia de Villa Gobernador Gálvez sabía perfectamente lo que buscaba. Además de la buena información con la que contaba, el grupo mostró algo fuera de lo común: lo integraban como líderes dos mujeres, una de las cuales, arma en mano, demostró ser quien llevaba la voz cantante o, al menos, una de las organizadoras. Al mejor estilo Pepita la pistolera, no dudó en aplicarle un culatazo en la cabeza al dueño de casa para que cantara dónde estaba el dinero de un utilitario vendido hacía casi un mes. Diez minutos les insumió a los ladrones llegar hasta los 25 mil pesos que estaban guardados en un armario y huir con el botín.

Sucedió antenoche en la casa de Gustavo Campisi, un gasista de 37 años, que vive junto a su mujer Graciela y su hijo de 6 años en el barrio Villa Diego Este. Los tres fueron sorprendidos poco después de las 21 del lunes cuando escucharon que alguien llamaba a la puerta. Cuando abrió Gustavo se encontró con dos chicas y un muchacho de unos 25 años. Una de las damas, que enseguida de mostraría como la voz de mando en el atraco, abrió el diálogo diciendo que necesitaban contratar a un gasista por una pinchadura en su cañería. Pero la parodia duró poco.

"La misma mujer sacó un arma de la cintura y se puso al frente", recordó ayer Gustavo en diálogo con La Capital. Pero los otros dos también desenfundaron una pistola 45 y un revólver calibre 38 y así se metieron de prepo en la vivienda. "El hombre estaba un poco más nervioso, pero no parecían estar drogados", añadió. Todo eso ocurrió frente al hijo de la pareja, de 6 años, que estaba sentado en una silla y sorpresivamente no lloró. "Se quedó quieto, como sockeado", contó su papá.

"Lo único que les pedí fue que no le hicieran nada al nene", narró Gustavo. "Quedate tranquilo que no le vamos a hacer nada", le contestó la jefa, mientras arreaba a la pareja hacia el dormitorio de la criatura. En ese ambiente, Gustavo y Graciela fueron reducidos en el piso y maniatados con un par de cinturones. En esa situación, el dueño de casa recibió un fuerte golpe en la cabeza propinado por la muchacha con el mango del revólver. "Dónde está la plata", preguntaban sin parar mientras la pareja estaba en el piso sin poder ver qué sucedía con la criatura.

Al gasista no le caben dudas de que se trató de una "entregada". Los bandidos fueron directamente a buscar al placard del dormitorio. Allí Gustavo tenía guardado el dinero que obtuvo por la venta de un Renault Kangoo, unos 25 mil pesos en total. "Con ese dinero tenía pensado comprar otra casa y mudarme, pero rogué que lo encontraran rápido porque si no lo hacían estoy seguro de que algo malo iba a pasar", comentó el asustado gasista, quien agregó que además tomaron unas alhajas y joyas. Al retirarse los maleantes dejaron encerrada a la familia con llave y salieron corriendo en dirección a la avenida San Martín.

Campisi zafó de las ataduras, tomó una escopeta y salió a perseguir a los ladrones. "Les tiré un par de tiros, pero ya me habían sacado casi una cuadra de distancia. Me dijeron que en la avenida los esperaba alguien en un auto. Todo habrá durado diez minutos", agregó el gasista que vive en Villa Diego hace más de 30 años y que nunca pasó por algo similar.

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Campisi tenía la plata de un vehículo.

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