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 miércoles, 17 de septiembre de 2003

TELEVISION / CRITICA
Sol negro: una historia de locos para ver la insensibilidad de los cuerdos

Pedro Squillaci / La Capital

La vida en un neuropsiquiátrico es oscura, cruel, triste, a veces misteriosamente bizarra. Todo eso y un poco más muestra "Sol negro", la megaproducción de Ideas del Sur, que se emite los lunes, a las 23, por América. El primer capítulo esbozó historias que se van desandando, con brillantes interpretaciones de un elenco grosso. A partir de una edición cuidada y un trato dinámico de la imagen, quizá lo más interesante de este ciclo es que queda la impresión de que lo mejor está por venir.

Rodrigo De la Serna compone a un veinteañero adinerado y sacado (Ramiro Bustos) que vuelca con el auto en una noche de descontrol, en la que se produce la muerte de su mejor amigo. Ese incidente lo deriva a un neuropsiquiátrico, al cual llega por una artimaña de su hermano Pedro (Carlos Santamaría). El truco es declararlo insano para que no vaya a la cárcel, pero también -esto se verá en capítulos posteriores- para quedarse con la herencia familiar.

"Sol negro" refleja esas escenas que pueden ocurrir en un neuropsiquiátrico tipo: las charlas que no van a ninguna parte, el que se masturba mirando una foto, el que se tira en el piso para verle la bombacha a la enfermera (Julieta Ortega), y el músico famoso que le saltó la térmica.

Lito -un excelente Carlos Belloso- no soporta que su amigo Marito (un actor desconocido que parece loco en serio) se vaya de la habitación por la llegada de Ramiro. Esta situación provocará que el paciente nuevo pase a ser el más odiado. Lito ruega a los médicos para ver a su amigo, pero se desborda al descubrir que acaba de ahorcarse.

El primer capítulo propuso escenas límite y otras no tanto, pero sin abrumar al televidente. Así, comenzó a mostrarse la tensa relación entre la doctora Olga Gleser (Rita Cortese) y el doctor Mariano Puentes (Alejandro Urdapilleta), la esquizofrenia de René (Fernando Peña) que vive en un sótano del jardín del neuropsiquiátrico, y las inseguridades de Laucha (Diego Capusotto) quien guarda debajo de su cama un ratoncito en una caja de cartón.

El concepto estético de Ideas del Sur es atractivo, aunque algo menos audaz de lo que se esperaba. Narrativamente no evidenció baches, dejó pocas historias en suspenso (como la relación entre Pedro y su esposa), y permitió aventurar -por los adelantos emitidos al final del primer envío- que se viene un unitario atrapante, sólido y rico en matices. Como para mirarlo y volverse un poco loco.

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Rita Cortese y Rodrigo De la Serna.

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