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 miércoles, 03 de septiembre de 2003

TELEVISION / CRITICA
E24: un ciclo con una crudeza que conmueve a las almas sensibles

Pedro Squillaci / La Capital

La televisión argentina apuntó este año a mostrar imágenes crudas de la realidad. –Ser Urbano" (Telefé) fue un disparador -aunque edulcorado por la subjetividad de una figura como Gastón Pauls- que sorprendió por sus altas mediciones (llegó a medir 18 puntos). –Hospital público" mezcló ficción con escenas verídicas y por ser América tan mal no le va (promedia los 5 puntos). Canal 13 decidió salir a escena y arrancó con –E24" (Emergencias 24 horas). Se trata de 13 capítulos cuyas imágenes reflejan el duro trajinar de la guardia del Hospital Fernández, uno de los centros asistenciales públicos más concurridos de Buenos Aires. El resultado es contundente, pero por momentos es no apto para personas demasiado sensibles. Lo advierte el programa antes de comenzar. Y no exagera.

El primer envío de este ciclo (lunes, a las 23, por Canal 3) mostró de todo. Desde una sutura en el párpado de un ojo producto de un botellazo hasta un parto como nunca se vio en la pantalla (ver aparte). Y contó con la impecable edición marca Cuatro Cabezas (la productora de Mario Pergolini y Diego Guebel) y la dinámica de un video clip, pero con la profundidad y crudeza necesaria. Como sucede en cualquier hospital público.

El ojo del televidente tiene esa curiosidad por ver cuanto más se pueda. Se demostró con los realities, que surgieron para exhibir esos momentos en que supuestamente nada se produce y todo se expone tal cual es, aunque se muestre la nada misma.

En –E24" no hay actores ni una historia de ficción, ni tampoco una puesta en escena que sea demasiado evidente. Aquí hay diez cámaras que están encendidas 24 horas en las guardias de los miércoles y sábados del Fernández, con el consentimiento de los presentes (de no ser así se pixelan los rostros), la autorización de la Secretaría de Salud Pública de Buenos Aires y la supervisión de contenidos de un médico, Jorge Tartaglione, que hace las veces de periodista no demasiado avezado.

–Los médicos nos sentimos un poco Dios, pero cuando las cosas no salen es difícil de soportar", dijo un jefe de Guardia en el programa. Se le puede creer o no, pero muchos de los casos que se ven parecen estar librado a los designios del más allá. Así, una bella joven aparece con la cara tajeada por un ladrón que intentó robarle, hay un bebé con una neumonitis heredada de la pobreza, un loco que se escapa cuando lo van a atender, un suicida con la soga al cuello que se intoxicó tomando 50 comprimidos de tranquilizantes y whisky, y un –fiambre" tirado en el piso tras un accidente. Es asfixiante, pero real.

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