Uribe, dispuesto a un canje humanitario con la guerrilla

El presidente de Colombia ofreció una zona de encuentro, sin militares, para tratar sobre los rehenes

Bogotá. — El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, propuso ayer a la guerrilla de las Farc dialogar sobre un canje entre rehenes y rebeldes presos en una “zona de encuentro” que su gobierno está dispuesto a establecer en un sitio determinado por las partes. El mandatario dijo que decidió ofrecer esa alternativa ante una solicitud de la Conferencia Episcopal de Colombia, aunque afirmó que eso no significa aceptar la zona desmilitarizada exigida por la guerrilla desde hace varios años.

   Al intervenir en una ceremonia policial, Uribe dijo que esa zona tiene que cumplir algunos requisitos, como no ser mayor a 150 kilómetros cuadrados y quedar en un sector rural con pocos habitantes o donde preferiblemente no haya población.



Veedores. Asimismo, dijo que en el lugar no debe haber puestos militares o policiales, que el proceso sea inspeccionado por observadores internacionales, que los diálogos deben tener un plazo y que quienes participen en los mismos no pueden estar armados.

   También señaló que el Ministerio de Defensa dispone de un presupuesto de cien millones de dólares para ejecutar un programa mediante el cual se le dará dinero a los guerrilleros que deserten y liberen a secuestrados.

   Aunque falta esperar la respuesta de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), el anuncio revivió las esperanzas de los familiares de los secuestrados, que habían caído en la desazón cuando el gobierno canceló la mediación que hasta pocos días cumplió el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

   El ex presidente Ernesto Samper (1994-98) calificó el anuncio de “un paso muy importante, que supera el mito de que no se podía crear una zona sin presencia militar”, mientras que el senador Gustavo Petro, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, dijo que su partido apoya a Uribe en la propuesta y pidió a las Farc “no enredarla”.



Mediadores. Uribe recordó que hace varios meses había aceptado crear una “zona de encuentro” en los municipios de Florida y Pradera, en el departamento de Valle del Cauca (suroeste), que fue propuesta al gobierno y a las Farc por España, Francia y Suiza, que prestaron sus buenos oficios para una salida al problema de los rehenes. Dijo que mientras su gobierno aceptó, las Farc dijeron primero que no habían recibido la sugerencia europea y luego la rechazaron. En su lugar, la guerrilla izquierdista ha insistido en su exigencia del despeje militar de esa misma zona de Valle del Cauca para comenzar a hablar sobre el canje humanitario.

   En tono vehemente, Uribe reiteró que no ordenará el despeje, pues eso afectaría su “política de seguridad democrática”, que aplica desde que asumió el poder, en agosto de 2002, y consiste en una ofensiva de las fuerzas militares contra la guerrilla. Además, recordó que durante el fracasado proceso de paz entre las Farc y el gobierno del presidente Andrés Pastrana (1998- 2002) las partes negociaron por tres años en una zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados y que en ese tiempo los guerrilleros no liberaron a ningún secuestrado.



Infrahumano. Según el jefe de Estado, la comunidad internacional debe entender que los rehenes están soportando condiciones similares a las de los campos de concentración nazis y dijo que en Europa hay “idiotas útiles” de la guerrilla que no comprenden la situación de su país.

   De igual forma, recordó que durante la última década 23.000 personas han padecido el secuestro en Colombia y dijo que se estima que actualmente las Farc tienen en su poder a 750 rehenes, de los cuales cerca de 50 han sido mencionados como “canjeables”.

Bajo presión de los familiares de los rehenes, Uribe lanzó su propuesta.