“Animo, mi linda mamá. Tenés que ser fuerte”

París. — Melanie y Lorenzo Delloye, los hijos de Ingrid Betancourt, secuestrada por las Farc desde hace casi seis años, enviaron ayer un mensaje a su mamá a través de Radio Francia Internacional (RFI) en el que la animaron a seguir con vida, comer y afrontar lo mejor posible su cautiverio. “Quiero que vivas, que comas lo mejor posible y que tengas ganas de vivir”, afirmó Lorenzo en el mensaje, leído en directo desde París, donde vive con su padre y ex marido de la rehén, el diplomático francés Fabrice Delloye.

   Se trata del primero de los mensajes que los hijos de Betancourt tienen previsto enviar a través de RFI, una radio que la ex candidata presidencial colombiana escucha, según confesó en una carta enviada a su madre y recuperada por el gobierno de Bogotá junto con otras pruebas de vida. “Mami de mi corazón, me gustaría decirte antes que nada que te quiero con toda mi alma. Mamá, vos querrías que yo viviera y yo quiero que vos vivas”, aseguró el menor de los hijos.

   Su hermana Melanie se unió al mensaje desde Nueva York, a donde volvió para retomar sus estudios. “Animo mi linda mamá. Tenés que ser fuerte. Animo porque vas a volver a casa. Animo porque vamos a sacarte de ahí. Es importante que te cuides, es lo más importante para mi”, aseguró la mayor de las hijas de Betancourt, secuestrada en febrero de 2002 por la guerrilla de las Farc.



Desde el cautiverio. La rehén franco-colombiana pidió en una carta a su madre que sus hijos le enviaran mensajes a través de RFI, una emisora que dijo escuchar en español los lunes, miércoles y viernes.

   Los hijos de la rehén quieren levantar así el ánimo de su madre, que apareció triste en las imágenes difundidas el pasado día 24, las primeras pruebas de vida que se publicaban desde hacía más de cuatro años.

   Junto al video, el gobierno colombiano recuperó una carta, destinada a la madre de la rehén, Yolanda Pulecio, en la que aseguraba estar en malas condiciones. “La vida acá no es vida”, señalaba en la nota, una afirmación que provocó gran alarma entre la familia.