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sábado,
08 de
diciembre de
2007 |
Pasaje hacia un destino místico
“Grietas” sorprende con una tapa apocalíptica y una contratapa con rostros serios. Pero sus integrantes (Pablo Pino, voz y coros; Diego Almirón, guitarras y coros; Fernando Aime, guitarras; Cristian Narváez, bajo; Javier Robledo, batería y percusión y Juan Pablo Bruno, percusión) están muy lejos de la solemnidad. Al contrario, el disco suena a búsqueda, con el aporte importante de Marcelo Vizarri, en teclados. Es más, Bruno tiene poca participación en este disco, por el concepto de los temas nuevos que no exigen tanta percusión y la banda está pensando la posibilidad de que se sume en teclados, lo que le daría otro vuelo armónico al grupo rosarino.
Las trece canciones transitan entre la esencia rockera de “De caer”, el toque pop de “Santos”, el aire acústico de “Barek” y “La cuna del sol” y el riff punk de “Televicio”. Sobre ese concepto sonoro, la parte compositiva de la banda (siguen siendo Pino y Almirón) trabajó con letras metafóricas, con disparadores metafísicos y con palabras inventadas (“Algen” —ángel al revés, de Pino hacia su hija—, “Satiretalised”, “Barek”).
Dios, lo místico y una mirada del mundo atraviesan las canciones, que navegan entre la esperanza y la desesperanza. Y se percibe un quiebre: “Siento que vuelvo a empezar” (“De caer”); “Bajando banderas voy reciclando mi ambición (“Resto”) y “La nostalgia me ganó otra vez” (“Satiretalised”) son expresiones que suenan a declaración de principios del presente de la banda.
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