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sábado,
08 de
diciembre de
2007 |
La contracara: el caso del nene al que le negaron la primera comunión
Una especialista opina sobre los niños sordos y sus derechos a ser escuchados
Al tiempo que las escuelas de Rosario y Villa Gobernador Gálvez contaban lo valioso de los proyectos de inclusión que desarrollan en sus aulas con chicos sordos, la noticia del sacerdote que, en la localidad pampeana de Realicó, le negó la primera comunión a un chico por su condición de sordo mostraba un paso atrás en el camino de la integración y el respeto por la diferencia.
El nene se había preparado durante un año para recibir el sacramento, sin embargo a último momento, el cura párroco le hizo saber que no estaba preparado para recibirla porque “no se pudo comprobar lo que el chico sabía”.
En realidad el tratamiento del cura pampeano hacia el nene de 11 años no es casual, tampoco la asociación de los chicos hipoacúsicos a la idea de “niños especiales”, de hecho las escuelas que los reciben así se llaman: “Escuelas especiales para niños sordos”, con una clara asociación con la discapacidad en general y la intelectual en particular.
Según la profesora para chicos sordos, Sandra Bellini, esta asociación y encasillamiento no es azarosa deviene de la mirada y prevalencia de la “clínica” que siempre se ha tenido sobre esta comunidad. “El gran desafío es verlos con su cultura y lengua distintas”, dice Bellini en referencia a la lengua de señas y apoyándose en lo que define una visión más antropológica de la sordera.
Facilitar el proceso
Bellini integra junto a otros profesionales un proyecto de investigación en educación de jóvenes y adultos del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América latina y el Caribe, recientemente premiado. Asegura que sin dudas el proceso de inclusión a la escuela común de los chicos sordos se facilita cuando se reconocen sus culturas y lenguas diferentes.
Agrega que un paso fundamental es que las políticas operen en sintonía con estos cambios culturales, primero reconociendo a la lengua de señas como tal, poniendo intérpretes, apoyando la formación y la circulación de personas sordas en los ámbitos educativos.
En ese sentido, rescata el trabajo de la Escuela Maradona de sumar a Omar Safón, del Círculo de Sordos, a la enseñanza con los chicos: “La idea es transmitir la lengua desde una persona sorda, no que un oyente cuente cómo es”.
Para el final, Bellini guardó una reflexión sobre lo ocurrido en La Pampa que recorrió los medios del país: “No sé cómo le habrá llegado la palabra de Cristo a este nene, pero no es nada humano negarle algo así a otro ser humano”.
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