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sábado,
08 de
diciembre de
2007 |
Por una mejor comunicación
Griselda, la maestra de 5º, conocía la lengua de señas, lo que significó el puntapié inicial para incorporarla como un recurso para mejorar la comunicación.
“Empezamos a practicar esta lengua en matemática, con la numeración”, dice y recuerda como ejemplo: “El dictado de números lo hago de las dos maneras, verbalmente y con las señas, así todo es más ágil y todos entienden. Ellos me miran las manos y escriben a la par de los demás. Después se entusiasmaron y agregamos los verbos y todos los compañeros empezaron a usar las manos”.
La maestra asegura que con las clases de Omar Safón, el profesor del Círculo de Sordos, pudo profundizar la utilización de esta herramienta.
Mientras la educadora relata sus experiencias de enseñanza, los chicos cuentan apresurados las canciones que aprendieron en la hora de música e interrumpen el relato para hacer una demostración señada y cantada a coro de las estrofas del Himno Nacional.
“Practicamos oraciones con lo que nos dio el profesor y repasamos palabras que conocemos: practicar, enseñar, mamá, papá, suegra, abuelo, compañero, enero, marzo”, enumera Karen, mientras sus compañeros coordinados recitan al tiempo que mueven las manos y encuentran las señas para cada número.
Lucas dice su nombre, su dirección y su edad con señas y explica que a Ezequiel le da pudor hablar. “Leandro es el más retraído pero ahora se relajó, empezó a estar más tranquilo, el otro día levantó la mano para hacer un ejercicio, pasó al frente y después de resolver el problema sus compañeros lo aplaudieron y él sonrió. Se juega mucho la estima, es maravilloso porque ahora Leandro se ríe, juega y hace bromas, incluso pesadas”, relata Griselda, la docente de matemática y ciencias naturales.
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