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 sábado, 08 de diciembre de 2007  
Distinguirán a un taxista que pasó más de 50 años al volante
Comenzó a trabajar en la década del 40. Creen que fue el primero de la ciudad

Silvia Carafa / La Capital

Cuando en Rosario el taxi daba sus primeros pasos como servicio público, un joven de 21 años recibió de su padre una de las primeras chapas y salió a recorrer las calles rosarinas durante 55 años en los cuales hizo resaltar la solidaridad. En reconocimiento a esa trayectoria, Armando Gómez, que hoy tiene 79 años, recibirá mañana una distinción de la vecinal del barrio en el que vive hace medio siglo y a cuyos vecinos supo trasladar cuando lo necesitaban sin importar la hora.

   La flamante vecinal Unión y Parque Casas decidió rescatar las historias de vida de sus vecinos y será don Armando el que las encabece por haber sido probablemente el primer tachero que tuvo la ciudad, cuando para pedir un viaje bastaba con tocar el timbre de su casa. “A cualquier hora de la noche que se lo requería, él se levantaba y sacaba su Mercedes y lo llevaba”, relató Pedro Cerutti, presidente de la entidad que lo distinguirá con un almuerzo popular.

   Lejos de la época del radiollamado o la luz de pánico, don Armando comenzó a recorrer las calles rosarinas cuando el taxi debutaba como servicio público allá por el año 1940. Desde entonces no paró de trabajar y exhibe una de las trayectorias laborales más extensas deRosario. “Creo que la única”, confió a La Capital el hombre que según su esposa Nely, “no paraba de trabajar ni para sus cumpleaños”.



Un volante y el azar. Armando no tenía decidido qué rumbo iba a tomar al salir del servicio militar, pero el azar lo guió tras los pasos de su padre, que conducía como taxi un auto estadounidense modelo 31. “Un día mi papá llegó para almorzar y sin decirle nada yo salí a trabajar y cuando volví le dije tomá, hice 7 viajes”, relató Armando sobre la situación que lo llevó a las filas de Rolando Rivas .

   “Como mi papá no me dijo nada seguí haciendo viajes hasta que cumplí 22 años y saqué el registro”, relató Armando al comienzo de una charla en la que hilvana los recuerdos con orgullo y nostalgia. Corría la mitad de la década del 40 y el joven eligió una parada: Constitución y Santa Fe. La Estación de Omnibus Mariano Moreno llegó después, el 7 de diciembre de 1950. “Fui al acto, vino el coronel Castro en reemplazo del presidente Juan Domingo Perón”, evocó.

   De aquellos años recuerda pasajeros famosos como Alberto Castillo y Tita Merello. “Apenas subió al auto, Tita dijo no corra porque el nene que llevo adentro se va a golpear; lógico que era una broma, pero era dicharachera, era así”, contó don Armando que dejó de conducir el 22 de agosto de 2005. “Fue para darles lugar a los más jóvenes aunque a mí los reflejos todavía me funcionaban”, festeja.

   También llevó a Roberto Galán y a sus secretarias, a Lorena Paola y a Carlitos Balá que subió disfrazado con bufanda y gorra para que no lo reconocieran. Pero no todo fue glamour, tuvo momentos difíciles cuando trasladó a un papá que había perdido a su bebé, con el pequeño ataúd en su falda.

   “Antes podía llevar un viaje a las 3 o a las 4 de la mañana que no pasaba nada”, dijo Armando marcando distancia con la situación actual. Pero hay un recuerdo que le gusta, fue cuando devolvió los 190 mil pesos que una pareja dejó en el asiento de atrás el 2 de noviembre de 1962. Con la mitad de ese dinero podría haber comprado un 0 kilómetro.



La buena memoria. “Desde la vecinal consideramos de mucho valor el aporte que hizo nuestro vecino Armando Gómez al taxi como servicio público”, explicaron sus integrantes. Para homenajearlo prepararon un almuerzo del reencuentro durante el cual le harán entrega de un recordatorio. Además, la emoción estará garantizada porque el hombre tiene un anecdotario tan rico como extenso, producto de tantas décadas frente al volante

    El barrio Casiano Casas tiene 50 manzanas y congrega a unas 3.500 personas. Delimitado por las calles Ziraldo, Washington, Italia y las vías del ferrocarril, alberga la realidad de quienes tienen trabajo y dan la pelea en el día a día, y un sector “muy humilde”, de menos recursos económicos, describió Cerutti. Es justamente la avenida Casiano Casas la que separa las zonas.

   De esa trama de luchas cotidianas, la vecinal rescatará historias de vida y hasta habrá un reconocimiento a quienes integraron las comisiones que los precedieron y que “poco o mucho, se preocuparon por el barrio”, explicó Cerutti. “Queremos hacer actividades donde participe la familia, Para el almuerzo de mañana ya no quedan tarjetas”, comentó.
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El tachero posó sobre el Renault Clio de su hijo que también es taxista.

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