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sábado,
17 de
noviembre de
2007 |
Amarga sensación
Elbio Evangeliste / La Capital
“Decir que vamos a Córdoba y a jugar con Instituto siempre suena a complicado”, dijo el Chaucha Bianco tras el partido. Pero las apariencias muchas veces engañan. A este Instituto, al que no le sobra nada, su equipo le desnudó más de una falencia, aunque a la postre el objetivo de máxima no pudo ser cumplido. Una victoria ante La Gloria le hubiera significado a los Tigres despojarse, al menos por unos días, del rojo del descenso, pero sólo debió conformarse con un reparto de puntos (0 a 0) que no hizo más que castigar al que más hizo en pos de ese triunfo: Tiro Federal.
Desde la apática reacción que mostaron los dos ni bien la pelota se echó a rodar, Tiro fue el que más rápido se amoldó y le fue encontrando la vuelta al partido. No hubo tiempo ni espacios para los lujos ni jugadas con demasiado laboratorio, pero la sabiduría del equipo de Ludueña estuvo en saber leer la situación y darse cuenta que la mejor forma de lastimar al local era vía contrataque, todo ayudado por la lentitud que los volantes cordobeses mostraban en cada retroceso.
El primer aviso fue de Armani, a los ocho minutos, tras un pase largo de Vilce, pero el Beto llegó muy exigido y apenas alcanzó a darle desde el piso y demasiado débil a las manos de Carranza.
Con una defensa que no pasó grandes sobresaltos (sólo un tiro libre de Buján que Silvonei envió al córner a los 34’), en la que Bordicio mostró solvencia, Pillud concentración y Romero una salida constante, Tiro marcó presencia en Córdoba.
La finura en un par de ocasiones en tres cuarto de cancha fue lo que le faltó a Tiro ante una defensa cordobesa que se exponía al jugar en línea. Recién sobre el final del primer tiempo llegó esa jugada con que tantas veces se amagó. Fue a los 45’, cuando Carnero asistió por derecha a la perfección a Leandro Armani, quien hizo pasar de largo a Pablo Nieva y remató bajo al segundo palo, pero Carranza alcanzó a tapar con la punta del pie.
La bronca que los hinchas de Instituto descargaron sobre sus jugadores una vez terminado el partido, fue el fiel reflejo de la chance que terminó desperdiciando Tiro. Porque los roles nunca se invirtieron tras la vuelta de los vestuarios.
Tiro manejó el terreno y la pelota. Es que ese dominio logró seguir su curso por la flaquísima actuación de La Gloria (sólo llegó en el complemento con un remate de Furios). Los grandes lamentos se sustentarán en la poca capacidad de resolución que mostró Carnero a los 13 minutos tras quedar mano a mano con Carranza (pensó que estaba en off side), o en los dos cabezazos de Garnier (26’ y 27’) entrando por el segundo palo.
No fue demasiado, pero sí lo suficiente para intercambiar roles con Instituto en la zona caliente del descenso. Como consuelo pueden quedar los tres partidos que se llevan sin derrotas (dos empates y una victoria), pero el verdadero sabor que quedó fue de amargura porque las condiciones estuvieron dadas para merecer mejor suerte en la excursión en Alta Córdoba. l
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