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 miércoles, 07 de noviembre de 2007  
Dieciséis muertos en un pueblo de México tragado por una ola
Un cerro se derrumbó sobre un río y provocó la ola gigante, que devoró un poblado en Chiapas

Al menos 16 personas desaparecieron tragadas por una ola gigante provocada por un alud que devoró un pueblo entero en el estado mexicano de Chiapas, donde ayer equipos de rescate y soldados cavaban entre toneladas de piedras y lodo, en busca de sobrevivientes.

Las autoridades informaron que un cerro se derrumbó sobre el río Grijalva y provocó una gran ola que barrió con San Juan Grijalva, un poblado con algunos cientos de habitantes y casas de madera y techos de lámina.

El pueblo se localiza a unos 70 kilómetros al sur de Villahermosa, la capital de Tabasco, el estado más afectado por las inundaciones. En Chiapas fueron reportadas cuatro personas muertas y al menos tres en Tabasco.

Los salvó el ganado. El secretario de la Gobernación, Francisco Ramírez, dijo que el ganado de la comunidad ayudó a que la mayoría de la gente saliera antes de que sus casas desaparecieran, cuando las reses huyeron a la sierra al escuchar los primeros estruendos del alud y los pobladores pensaron que alguien estaba robando sus animales. “Se fueron tras ellos (los animales) todos los habitantes con rifles y escopetas”, dijo Ramírez.

Habitantes de San Juan Grijalva dijeron que fueron despertados la noche del domingo por un sonido estrepitoso y el estruendo de la caída de rocas por las laderas cercanas. “No sabíamos qué pasaba, y cuando salimos, vimos cómo se abría la tierra”, relató Domingo Sánchez, de 21 años, en referencia al deslave inicial sobre el río. “Nos echábamos a correr, pero la tierra nos venía encima”.

Sánchez, su madre, su esposa y un primo lucharon por sus vidas en un valle donde la única salvación era llegar a terreno elevado. Cuando alcanzaron la cima de un cerro pudieron observar cómo quedaba sumergida la tierra de sus abuelos. Sánchez cree que al menos nueve parientes quedaron enterrados. “Era una ola insoportable que revolcaba todo; casas, gente, todo, y todo lo aplastó. No quedó nada”, confió. (Reuters y AP)


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