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miércoles,
07 de
noviembre de
2007 |
“Ya no soy una chica Olmedo, hay otros personajes que puedo hacer”
Silvia Pérez dijo que “Encarnación” le permitió mostrar su postergado potencial como intérprete
Rodolfo Bella / La Capital
El regreso de Silvia Pérez fue impactante. Nada menos que con una candidatura a mejor actriz en el Festival de San Sebastián. Después de veinte años en los cuales puso de cabeza sus certezas, su nombre reapareció con fuerza con “Encarnación”, la película que se estrena mañana en Rosario. En el filme interpreta a una ex vedete que se enfrenta con su familia por su pasado.
—¿Cómo te sentís con este regreso a la primera línea?
—La verdad que disfruté muchísimo el Festival de San Sebastián, fue algo muy inesperado. Que me haya elegido Anahí (Berneri, directora del filme) fue el momento más importante. La verdad que cuando terminamos teníamos como pena y de repente vino lo de los festivales. Así que fue algo inesperado.
—¿En qué te identificás con el personaje?
—Me identificaba en que pasé por muchísimas situaciones de la vida de Encarnación; he sido una actriz mucho más reconocida que Encarnación y la diferencia es que cuando quise volver ya tenía otra edad; no es que me pasó como a ella que el tiempo la fue dejando sin trabajo. Sí hay puntos de encuentro y muchos de desencuentros con el personaje, hay muchas zonas de angustia y de incomodidad que yo viví en carne propia. El hecho de haber podido trascender esa etapa de mi vida creo que me permitió interpretarla , porque si yo estuviera sufriendola no podría hacerlo.
—¿Te arrepentís de algo de lo que hiciste hasta ahora?
—No, para nada. Yo agradezco y estoy orgullosa de lo que hice hasta este momento. Pasa que el trabajo es un te rritorio por el que vengo peleando desde hace mucho y con la película y los proyectos en teatro, es como que se está honrando mi condición de actriz que negué durante un tiempo de mi vida.
—¿Por qué la negaste?
—Porque tuve un golpe muy fuerte con la muerte del Negro (Olmedo). No me encontraba muy bien y empecé una búsqueda de querer saber quién soy y qué quiero y no creía que yo era artista. Creo que el afuera también me pudo bastante porque después se nos empezó a encasillar tanto como las chicas Olmedo y las veces que intenté volver a trabajar no pude, o pude hacer pequeñas cosas pero no podía tener una continuidad.
—¿Por qué influyó tanto la muerte de Olmedo?
—Lo que más determinó, lo que me pasó, es darme cuenta de que lo que la mayoría del mundo busca no otorga felicidad, que es el poder, el dinero, la fama. Eso fue lo más importante de la muerte del Negro, que me llevó a esta introspección.
—¿Cómo esperabas que fuera el recibimiento en la Argentina?
—Cuando se estrenó en Buenos Aires me di cuenta de que fue bastante distinto porque tenía mucho más miedo, porque la película es diferente para quienes conocen mi historia de vida que para los extranjeros. Estaba mucho más nerviosa y lo disfruté menos, sinceramente (risas).
—¿Suponías que habría prejuicios?
—Eso no lo puedo decir yo, pero yo me había propuesto descubrir realmente si era una actriz. Empecé a estudiar con Gandolfo, Augusto Fernández, Julio Chávez. Ellos me ayudaron a darme cuenta que más allá de cualquier palabra externa lo que vale es lo que a uno le pasa. Yo quiero ser actriz. Primero que dejé de ser primero físicamente la chica Olmedo porque pasaron 20 años y tengo otra imagen. De acuerdo a esta etapa de mi vida, tengo otros roles para poder desarrollar.
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”Hay coincidencias y desencuentros con el personaje, pero son etapas superadas. Si no no podría interpretarlo”, dijo Silvia Pérez.
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