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miércoles,
07 de
noviembre de
2007 |
Un poste de luz continúa apoyado sobre una casa
Las consecuencias del temporal del 26 de octubre aún se hacen sentir en algunos puntos de la ciudad. Vecinos de Virasoro y Maipú expresaron ayer su preocupación por la “peligrosa” situación en que quedó una columna de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), cuyos cables fueron arrastrados por la caída de una gigantesca acacia.
El poste, que tiene una base de cemento que quedó fracturada, se recostó sobre una vivienda de familia y los cables de energía quedaron en contacto con cinco casas.
El accidente, además del consiguiente corte en el suministro (que ya fue restablecido), causó una prolongada interrupción en las comunicaciones telefónicas, que persiste actualmente. “Hicimos todos los reclamos pertinentes a Defensa Civil, a la EPE y a Telecom por el corte de teléfono, pero no tuvimos ninguna respuesta”, comentó Miguel, un indignado vecino de Maipú 894.
Su preocupación no es menor. El poste de la EPE, que tras la tormenta quedó con su base completamente resquebrajada, se posó sobre la terraza de su casa y los cables de media tensión quedaron apoyados sobre la vivienda. “Estamos preocupados porque no nos dan solución. Todo ocurrió cuando el viento huracanado tiró abajo una acacia enorme, ubicada a mitad de cuadra por Virasoro, y el árbol arrastró los cables y torció la columna”, agregó el vecino.
Como quedó casi apoyada sobre su casa y los cables tocaban la pared del dormitorio de su pequeño hijo, la pareja optó por seguridad mudar el dormitorio del chico a otro ambiente de la casa.
Según contó a este diario, los problemas en ese sector de la ciudad, lindero con el predio que ocupa el destacamento de Gendarmería Nacional, vienen de larga data, sobre todo con la falta de mantenimiento de las alcantarillas. Al respecto, Miguel contó que hace “ocho meses” que un grupo de vecinos presentó una nota ante Aguas Santafesinas SA para que realizara una limpieza adecuada de las bocas de tormenta.
“Tenemos en promedio un reclamo al mes. Cada vez que llueve, la esquina se inunda rápidamente. El problema es que en esta esquina confluyen los desagües de las calles San Martín, Laprida y Gálvez y el agua llega casi hasta la puerta de casa”, remarcó. Así, los efectos de la tormenta se siguen sintiendo.
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