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lunes,
05 de
noviembre de
2007 |
Un cambio inprescindible
Respecto a la reforma del Código Urbano, los constructores representados por distintas organizaciones (cámaras, colegios) parecen querer (más allá de las declaraciones) una sola cosa: que no se cambie nada. La razón es simple, con el código actual (que ya tiene 40 años) les va muy bien y temen que un cambio los perjudique económicamente. Aunque más que un problema económico parece ser un problema de mentalidad. Cómo puede ser que en otros países con reglamentaciones muy severas se pueda construir bien y mucho y acá pareciera que si no se construyen los mismos edificios que en los años 60 no se pueda hacer otra cosa. Prueba de ello es que en algunos terrenos de gran superficie, donde se podría haber construido con gran imaginación, se subdividieron en lotes estándar para construir los mismos edificios en medianera que pululan por todos lados. No se puede negar que hay edificios y emprendimientos que no siguen estos patrones, pero son la excepción que confirma la regla. En las últimas décadas la mayoría de las actividades económicas (medios, turismo, servicios) han tenido que repensarse y evolucionar. Entre esos cambios se ha tenido en cuanta la opinión de la gente, que en definitiva es su clientela. ¿No le habrá llegado la hora a la construcción de cambiar? Tanto de mentalidad, como de responsabilidad. Porque construir mucho pero de cualquier manera no es beneficioso para la ciudad. Si bien existen profesionales responsables, existen muchos a los que no parece importarles los problemas que puedan crear a futuro para los rosarinos; prueba de ello es que ni siquiera les importan los problemas que hoy les causan a los vecinos linderos, que son personas que ven a diario. Como es ingenuo creer que un sector vaya a actuar más allá de sus propios intereses, es indispensable que intervenga el Estado a través de la intendencia y de los concejales (sin politiquería) para defender los intereses de la ciudad y fundamentalmente la calidad de vida de los rosarinos.
Andrés Petrale
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