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sábado,
27 de
octubre de
2007 |
Absuelven al acusado de un crimen en Las Rosas
Un joven que estaba acusado por el asesinato de un encargado en un burdel de Las Rosas, delito por el cual llegó a estar procesado como coautor, fue declarado absuelto por la Justicia. La fiscal había pedido contra él 14 años. Sin embargo para el juez de Sentencia Nº 8, Carlos Carbone, no hubo pruebas suficientes para implicar a Luciano Fernando G.
El crimen ocurrió el 29 de agosto de 2004 en la whiskería La Luciérnaga III. Allí, cuatro mujeres que ofrecían servicios sexuales fueron testigos de la llegada de dos jóvenes que entraron y tomaron cerveza en compañía de una mujer. Luego de unos minutos uno del trío asumió la voz de mando y, acallando la música, pidió a los ocupantes que se tiraran al piso. Su acompañante caminó hasta el mostrador y se alzó con 300 pesos de la caja. Como el dinero no los conformó exigieron más.
Antonio Ezequiel Umeres, de 27 años, respondió una y otra vez que no tenía más plata, pero el que había robado el dinero lo tomó del pelo, lo hizo agachar y sin hablar le tiró en la cara a sangre fría. Después, ante la consternación de las mujeres, escaparon en auto.
El primer condenado. Por este caso en enero pasado fue condenado a 20 años Marcelo Manuel Velázquez, acusado de coautor de robo seguido de homicidio. Este hombre fue reconocido por testigos del ataque como uno de los asaltantes. Según fuentes judiciales, sus huellas dactilares quedaron marcadas en el envase de cerveza que tomaron con su socio antes de entrar en acción.
Velázquez fue detenido el 3 de septiembre de 2004 en Rosario, en una casa de Empalme Graneros donde secuestraron una campera de cuerpo y un par de zapatos que luego fueron reconocidos por los testigos. Ese día también fueron detenidos Daniela R., de 34 años, una ex alternadora del lugar; y Damián G., pero ambos fueron absueltos ante la falta de pruebas firmes
Ahora también resultó absuelto Luciano G., quien había sido detenido después e investigado como autor del disparo. Le imputaban su parecido físico con el fotofit elaborado por los testigos del crimen de Umere, que mostraba a un hombre de pelo corto.
El beneficio. A Luciano G. lo favoreció que dos alternadoras de la whiskería no pudieran reconocerlo como el hombre que ejecutó a Umeres. Además sus huellas digitales no coincidían con los rastros levantados en un vaso. No se había hallado el arma homicida
El defensor de Luciano G., Marcelo Argenti, pidió su absolución al considerar que no había prueba aportada que impute con claridad el delito de homicidio.
El juez Carbone definió que era probable que Luciano G. fuera el autor, pero que no tenía la certeza imprescindible para imponerle condena a un acusado. l
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