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sábado,
27 de
octubre de
2007 |
No arriesgó, perdió
El que arriesga gana. Ese fue el título del comentario de Ovación el día del gran debut de Caruso Lombardi ante Boca. La otra cara de la moneda se vio demasiado rápido y el título para la explicación táctica de la derrota de Newell’s ante Gimnasia bien podría cuadrarle: “El que no arriesga pierde”.
Pese a las numerosas situaciones que le creó a Huracán, pese a que los goles principales fueron más producto de una desgracia individual antes que el resultado de una mala estructura defensiva, Caruso decidió modificar su esquema ante la ausencia por lesión de Donnet. Así, sacó al volante ofensivo y metió un doble cinco de clara características de marca y regaló manejo de pelota a un rival que, como Huracán, ofreció todas las posibilidades y bien pudo darle revancha en condiciones similares.
A la dupla Bernardello-Villagra le sobró claramente un hombre, porque ni Alderete, ni mucho Escobar, se mostraron ambiciosos para avanzar sobre sus posiciones. Además, se mostraron tan erráticos cuando les jugaban a sus espaldas que fue un verdadero desperdicio que Caruso no le pusiera un hombre para preocuparlos.
Newell’s sí llegó por los costados como se preveía pero con una alarmante falta de convicción para dar el último pase. Y en el segundo tiempo ni eso porque las variantes, que ofrecían otras perspectivas, cargaron con el peso de levantar el muerto del resultado que, con la angustia del promedio encima, es algo que empieza a sentirse y mucho.
Por eso, ni la nueva apuesta por Da Silva, jugando casi como un enganche, ni el debut de Pablo Vázquez, que al menos intentó algunas apenas entró, fueron suficientes en el último tramo del partido para cambiar la historia.
Terminó jugando con casi dos abajo, con cuatro arriba, ya que Schiavi no bajaba, pero fue tarde. En este Newell’s, donde parece que nada garantiza nada, la apuesta de Caruso, de ser más precavido, para aunque más no sea, sumar un punto como pretendía, tampoco le aportó soluciones. l
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