
|
| jueves,
25 de
octubre de
2007 |
Le dan 8 años de prisión por asesinar al padre
El hehco ocurrió en Baigorria hace dos años. Le asestó cuatro puñaladas en medio de una inusual pelea
“Con mi viejo nos llevábamos bien, nunca tuvimos discusiones fuertes. Estoy muy mal por lo que hice”. El arrepentimiento que expresó Wilfredo Leiva tras matar a su padre de cuatro puñaladas en una casa humilde de Granadero Baigorria fue uno de los motivos que llevaron a tres jueces de la Cámara Penal a reducirle la condena: le dieron 8 años de prisión por el asesinato, que se produjo cuando la víctima intentó desalojarlo de la casa que compartían.
Aunque matar a un padre es un delito grave que se castiga con prisión perpetua, la Justicia consideró en este caso una serie de atenuantes. Leiva, de 26 años, mató el 7 de enero de 2005 a su padre Juan, de 51. Esa tarde discutieron intensamente porque el hombre le exigió que abandonara la casa que compartían, donde el muchacho vivía con su concubina, un hijo de ambos y otros tres de la mujer.
En febrero el juez de Sentencia Nº 4, Julio Kesuani, lo sentenció a 15 años de cárcel por el crimen. Consideró que el ataque fue deliberado pero que existieron atenuantes: la amenaza de su padre para que abandonara el hogar y la dificultad del imputado para controlar sus impulsos en situaciones críticas, que fue reflejada por un informe psiquiátrico.
Los jueces de la Sala I de la Cámara Penal fueron aún más lejos al revisar el caso, ante la apelación interpuesta por los abogados de Leiva, José Luis Abichaín Zuaín y Norma Rita Córdoba. Le rebajaron la pena a 8 años de cárcel al considerar su arrepentimiento, el motivo de la pelea y la buena relación previa con la víctima.
Celos de hijo. Juan Leiva trabajaba como electricista en obras de Funes y Rosario y en su tiempo libre levantaba una casita en los fondos de un terreno de la calle 1 número 362, a unos 500 metros al oeste del Hogar Escuela de Granadero Baigorria. En el mismo predio había conseguido un lugar para que su hijo Wilfredo levantara la casa donde vivía con su mujer y cuatro hijos.
En su declaración, el joven señaló que el vínculo entre ambos se había fracturado a partir de la relación que su padre había iniciado con una mujer. Contó que la mujer presionaba a Juan para que lo echara del terreno. Y que ese día su padre le dio una semana para que se fuera de la casa. “Me buscó pelea y comenzamos a pegarnos”, indicó el muchacho.
Para evitar una pelea Wilfredo se retiró del lugar, pero cuando regresó volvieron a discutir y se trenzaron en una violenta trifulca a golpes de puño. Hasta que el muchacho buscó un cuchillo y le aplicó a su padre dos puntazos en las piernas y los otros en el tórax y el abdomen. ¿Viste lo que hiciste, boludo? Todo por una mujer”, le dijo mientras lo atacaba. Cuando llegó la policía, dijo que a su padre lo habían herido en la puerta de su casa, pero más tarde confesó.
El pedido de la defensa de Leiva para que se encuadrara el caso como un episodio de emoción violenta o de exceso en la legítima defensa no prosperó. Sin embargo, los jueces Atilio Pangia y Eduardo Sorrentino creyeron necesario reducir la pena ante el riesgo e incertidumbre que sintió el imputado cuando fue desalojado de la casa por su propio padre.
El juez Alberto Bernardini, partidario de reducir la pena sólo a 11 años y medio, votó en disidencia. Entre los atenuantes también consideraron la falta de antecedentes del imputado, la ausencia de premeditación y su juventud.
enviar nota por e-mail
|
|
|