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| jueves,
25 de
octubre de
2007 |
Cae empresa trucha vendía señales de TV robadas
Captaron a 200 vecinos y les cobraban un “abono” mensual. Los acusan de estafa y asociación ilícita
Leo Graciarena / La Capital
Cablefácil, la empresa fantasma de televisión por cable que vendía señal a unos 200 vecinos de los barrios Toba, Empalme Graneros e Industrial, dejó de operar el martes cuando sus siete socios fueron detenidos por la policía. Están acusados de integrar una banda bien organizada que robaba la señal de una empresa de cable legal y, tras el pago de una tarifa, la distribuía entre sus abonados en los barrios del noroeste. Tenían dos tipos de servicio: el común y el premium, con fútbol codificado, para el que colocaban un decodificador trucho. Los siete fueron acusados de estafas reiteradas y asociación ilícita.
Ascenso y bancarrota. La debacle de Cablefácil arrancó el lunes a la hora de la siesta cuando dos de sus integrantes fueron detenidos mientras realizaban una conexión en Juan José Paso y Formosa, a 50 metros de la subcomisaría 24ª. Una brigada observó como dos hombres con ropas de trabajo de la desaparecida empresa Galavisión y de Cablehogar trabajaban sobre una caja aérea de televisión por cable. Tenían todos los elementos de seguridad: desde arneses hasta cascos. Les pidieron que bajaran de la escalera montada sobre la columna y se identificaran. Los empleados exhibieron credenciales identificatorias sin foto de la empresa Cablevisión. Pero a los policías algo no les cerró y les pidieron que los acompañaran. Ahí se descubrió que las credenciales eran falsas y comenzó así a cerrarse el último eslabón de la pesquisa.
Las manos en el cable. “Esta es una investigación que se inició de oficio hace tres meses y se calcula que esta banda de siete personas opera en la zona desde hace más de un año”, confió el comisario Adolfo Acosta, jefe de la subcomisaría 24ª. “El lunes pudimos detener a dos personas que estaban haciendo conexiones y se les pudo secuestrar varias herramientas específicas, escaleras y varios metros de cable coaxil”, explicó el comisario Acosta. Ellos se convirtieron en la punta del ovillo que terminó con Cablefácil. Los dos, con antecedentes laborales en las cuadrillas de conexión en empresas de cable y telefonía, fueron identificados como Flavio G., de 38 años, y Pablo L., de 39 años.
A partir de estas detenciones, el juez de Instrucción Jorge Baclini ordenó varios allanamientos en barrios de la zona oeste y norte de Rosario. Y así fueron detenidos como integrantes de esta pyme ilegal Sergio C., de 37 años, empleado en una cuadrilla de conexiones de Cablehogar; Elbio L., de 42; Carlos M., de 41; Benito M., de 52 y Carlos M., de 41. También se secuestraron miles de metros de cable coaxil, herramientas específicas para realizar las conexiones, escaleras, equipos de seguridad, decodificadores y elevadores de frecuencia. Para los investigadores Flavio G., Pablo L. y Sergio C., serían los mentores del microemprendimiento fantasma.
Cartera de clientes. El modus operandi de la banda era sencillo. Sus miembros vivían en los tres barrios ya mencionados, donde la operadora de cable es la empresa Cablevisión. Cada uno de ellos captaba la atención de los vecinos haciendo una propuesta tentadora: “Conseguime cinco vecinos y el tuyo va gratis”. Así cada uno de ellos llegó a tener una cartera de entre 30 y 50 clientes. Tras seducir al abonado, sólo había que subirse a la columna y hacer la bajada desde la caja del cable legal hasta la casa del cliente. Según fuentes de la investigación, para realizar este trabajo eran las herramientas y los equipos que el empleado de la empresa de TV por cable pionera de Rosario retiraba de la firma.
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