|
lunes,
15 de
octubre de
2007 |
Comisarías sin presos, una promesa incumplida del gobierno que se va
Ayer había 1.039 detenidos en la Unidad Regional II, 680 de ellos en las seccionales
Eduardo Caniglia / La Capital
La administración del gobernador Jorge Obeid va camino a terminar su gestión con una vieja promesa incumplida: que no haya ningún preso alojado en las comisarías rosarinas. Aquel anuncio hecho con bombos y platillos a fines de 1999, cuando concluyó la primera administración obeidista, y reformulada en 2003, al inicio del segundo mandato, aún no pudo concretarse. Y por estos días de inauguraciones apuradas, los penales de las seccionales de la ciudad todavía están atiborrados de reclusos. Ante esa realidad, el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, ensayó una explicación: “En los últimos años se cuatriplicó el número de presos”, dijo. Y además, sostuvo que “mientras la construcción de un metro cuadrado de cárcel demanda meses, largar policías a la calle para detener personas lleva algunos días”.
En diálogo con La Capital, Rosúa se comprometió a que el futuro gobierno de Hermes Binner recibirá las comisarías de la ciudad con 480 presos en sus calabozos. Para lograr ese objetivo se llevará adelante en los 56 días de gestión que restan el traslado de reclusos a la alcaidía de Jefatura y a los dos minipenales inaugurados la semana pasada en Piñero. “Las seccionales tendrán una cifra razonable para el manejo de la seguridad si se la compara con los datos anteriores”, consideró el ministro.
—¿Cuántos presos hay todavía en comisarías?
—En todo el ámbito de la Unidad Regional II (departamento Rosario) ayer había 1.039 presos, de los cuales 680 están en las seccionales rosarinas. La alcaidía tiene hoy 312 presos y estamos de condiciones de llevar 60 más, pero el traslado de nuevos detenidos depende de la posibilidad de conseguir los colchones ignífugos que se exigen ya que los precios de esos colchones aumentaron tremendamente y eso desarticuló la licitación que teníamos en marcha. Sin embargo estamos haciendo gestiones para que nos los entreguen en no más de 45 dias ya que en ese tiempo pensamos trasladar a 140 reclusos con condena a Piñero.
—¿Cómo se harán esos traslados?
— Necesitamos un tiempo para hacerlo. A un preso no le podemos cambiar el lugar de detencion de la noche a la mañana. Se necesita una orden judicial y además se debe evaluar si podrá convivir con los otros internos, porque tal vez se corre el riesgo de juntar viejos enemigos y provocar conflictos que no deseamos.
—En el primer gobierno de Obeid, cuando usted también era ministro de Gobierno, se clausuró el penal de la comisaría 17ª y se anunció que nunca más un preso iba a estar alojado en una seccional. Sin embargo. las comisarías continúan saturadas de presos.
—Lo que ocurrió es que se cuatriplicó el numero de presos. En el primer gobierno de Obeid iniciamos la gestión con 526 presos, pero ese número se incrementó considerablemente y eso significó un aumento del trabajo policial. Pero hay otra cuestión: la construcción de un metro cuadrado de penal lleva varios meses, pero largar policías a la calle y detener personas lleva algunos días. Entonces, se produce una desproporción porque entran más presos y se supera la capacidad de alojamiento.
—Sin embargo, en los últimos 50 años el Estado no construyó demasiados presidios.
—Yo hablo solamente de nuestra gestión. En la cárcel de Las Flores (en la ciudad de Santa Fe) se construyeron dos pabellones y se aumentó su capacidad en 150 plazas. Además, la alcaidía de Las Flores ahora aloja a 200 presos. Y se levantaron la alcaidía de Rosario, con una capacidad para 400 personas, y la cárcel de Piñero, donde se podrá alojar a 480 internos.
—¿Quiénes serán los trasladados?
—El primer principio a respetar es que todo condenado vaya a la cárcel y deje de estar en una comisaría. Pero esto genera graves conflictos ya que el preso no quiere irse de la seccional. Todos hacemos un buen discurso acerca de las condiciones inhumanas que padecen los presos en las comisarías. Entonces, como las condiciones de habitabilidad de una cárcel son mejores, uno supone que el recluso quiere ir allí, pero no es así. El preso prefiere estar en la seccional porque en la cárcel hay un régimen disciplinario muy severo, con horarios, tareas y rutinas que en la seccional se ablandan. Entonces el traslado de estos 140 condenados genera un conflicto. El abogado defensor pide que no vaya (al presidio), el juez tiene que estudiar esa situación y además los familiares piden que lo dejen en la comisaria porque está más cerca de su casa.
—¿Cuál es la situación procesal de los presos que serán enviados tanto a Piñero como a la alcaidía?
—A Piñero serán trasladados primero los condenados. En cuanto a la alcaidía hay que hacer una selección de los presos que están detenidos en las comisarías donde se realizan tareas evangélicas. Ademas hay que tener aislados a los acusados de delitos sexuales porque si no se los regalamos a la jauría.
—¿En qué estado está la construcción del minipenal de la comisaría 11ª?
—Está parada a raíz de que hubo un conflicto entre la empresa que tenía que llevar adelante la construcción y el organismo de contralor, es decir la Dirección Provincial de Arquitectura e Ingeniería. La obra se comenzó e iba a tener dos plantas con capacidad para unos 100 presos. Sólo se hizo la estructura de hormigón de una de ellas. Será trabajo para el futuro gobierno.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
La cárcel de Piñero, cuya construcción prometía dejar a las comisarías rosarinas sin presos en sus infrahumanos calabozos. Recién se han levantado 3 de los 4 minipenales que le darán forma.
|
|
|