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domingo,
07 de
octubre de
2007 |
Argentino cosechó la segunda derrota seguida en el Olaeta
Javier Parenti / Ovación
Chispas fueron las que salieron tras la segunda derrota al hilo en el Olaeta. De la bronca con la que se fueron los hinchas por otra pálida presentación del equipo. Del lavado de cabeza de más de una hora que implementó el técnico en el vestuario tras el final. Justificadas todas esas chispas porque Argentino entró en cortocircuito tras ganarle al líder y perder en su casa contra el último primero y ayer ante un pobre Sacachispas.
Por eso la bronca es mayor. Si estos visitantes fueron débiles cómo será entonces el nivel de Argentino. Mejor dicho, cuál es la realidad futbolística del salaíto. Parece que esta última, al menos es la imagen que se presenta hoy, la que el DT Gustavo Raggio intentó archivar ayer sacudiendo en caliente como para que la pronta revancha que se presentará el miércoles ante Dock Sud, también en barrio Sarmiento, sí posibilite tomarse desquite.
Argentino jugó mal. Simplemente. Las limitaciones del equipo quedaron en evidencia por el escaso volumen de juego, por las respuestas limitadas ante la adversidad de un resultado y porque el tiempo de construcción como conjunto demandará más tiempo de lo que se podía prever.
Sacachispas no fue más que el salaíto. Pero aprovechó su oportunidad de gol y la defendió como pudo. Hasta tirando la pelota al techo de una casa vecina.
El gol de Coronel a los 59’ valió oro para ellos. Lo encontraron en una pelota mal rechazada por Canessa y lo hicieron valer.
Argentino hubiera hecho lo mismo en idénticas condiciones. Lógico y válido. A aceptarlo entonces.
“Si hubiese entrado la de Müller en el primer tiempo”, era el lamento salaíto. Esa de los 25’, la primera acción seria en el Olaeta. La que ideó Sebastián Fernández con un taquito hacia atrás para que Müller le pegara de primera con calidad y por encima del arquero. Pero dio en el palo.
Recién ahí hubo algo de juego. En las chispitas de ingenio del chiquito Fernández, pero juega muy solo en ofensiva y eso se paga.
Al salaíto también le faltó la chispita de la viveza. Por eso el lamento de Fagiani cuando la única falta cerca del área para aprovechar su remate se diluyó porque los pibes no lo esperaron antes del cierre del primer tiempo.
Encima también falló Müller cuando el centro de Magallán le cayó en la cabeza y le dio destino por arriba del travesaño con el arco a disposición a quince minutos del final.
Y sin chispas futbolísticas el equipo no puede prenderse. Argentino tenía 9 puntos a disposición tras vencer al entonces líder Luján y ya dilapidó 6. El miércoles ante Dock Sud no podrá dejar pasar la última chance, al menos para demostrar que aún tiene con qué encenderse.
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