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domingo,
30 de
septiembre de
2007 |
California debate sobre inmigración
Durante una visita institucional a Rosario, senadores de ese Estado discutieron soluciones al problema
Seis senadores estatales de California visitaron Rosario esta semana, en plan de consolidar lazos institucionales. El debate sobre la inmigración latina surgió sin embargo como tema predominante durante una visita que realizaron a La Capital. “California no sería California si no tuviese la mano de obra de la comunidad hispana”, afirmó el senador Abel Maldonado, hijo de un inmigrante mexicano.
En cuanto a la vida política californiana, considerada un mundo aparte dentro del panorama estadounidense, Maldonado, un republicano, explicó que “California es un Estado demócrata, donde hay mayorías demócratas en las dos Cámaras”, y destacó la “modalidad bipartidista” adoptada por el gobernador reelecto, el actor Arnold Schwarzenegger, un republicano centrista y pragmático.
Pero el tema que marca la agenda en California es hoy el de la inmigración. Para Maldonado “el migratorio es el tema más importante de nuestro Estado. California no sería California si no tuviese la mano de obra de la comunidad hispana, que viene a trabajar en los hoteles, la jardinería, los restaurantes, la agricultura”. Y recordó que EEUU tenía un programa, en los años 50 y 60, “que le daba la oportunidad al inmigrante de venir a trabajar temporalmente y luego de varios años recibir la «green card» (permiso de residencia). Pero ese programa se terminó, tristemente. Mi padre, que fue bracero, cruzó la frontera en 1963. Me gustaría ver un sistema como el que tuvo él”.
La senadora Denise Moreno Ducheny, demócrata y también de origen mexicano, rememoró: “Muchos de nuestros abuelos vinieron y sólo firmaron su ingreso en la frontera. Mis abuelos hicieron así. Pero mi abuelo, luego de 50 años de haber trabajado en los EEUU, con seguro social incluido, tenía, de repente, que tener la tarjeta verde. Si no, no podía viajar” hacia y desde México. Para la legisladora, la oportunidad perdida fue el tratado de libre comercio Nafta, de 1994. “No se incorporó ninguna disposición sobre inmigración. Y la actual ley no está basada en la necesidad de fuerza de trabajo sino en las relaciones familiares. Pero cuando la espera para traer a esposa e hijos es de 10 años, la gente no espera. Y entonces se llega a la condición de ilegales”.
Línea divisoria. El tema pareció marcar una línea divisoria entre hispanos y anglosajones en la comitiva visitante. Dick Ackerman, jefe de la bancada republicana en el Senado californiano, afirmó que la generosidad del régimen del Estado con los inmigrantes, incluso ilegales, en materia médica y educativa, actúa como un imán, empeorando el problema. Y la senadora demócrata Christine Kehoe remarcó el temor de muchos estadounidenses a perder sus trabajos frente a los inmigrantes, así como los problemas de integración que afrontan los hispanos por la barrera linguística. En Estados Unidos hay actualmente 12 millones de inmigrantes en situación ilegal.
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