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sábado,
22 de
septiembre de
2007 |
Una odisea similar a la de Natascha Kampusch
El antecedente directo del caso de la chica raptada en Mendoza lo protagonizó la austríaca Natascha Kampusch, quien cuando tenía 10 años fue raptada mientras iba al colegio, una mañana de marzo de 1998, muy cerca de su casa en un barrio periférico de Viena.
Natascha estuvo confinada ocho años en una habitación subterránea hasta que aprovechando un descuido de su captor, Wolfgang Priklopil, escapó.
Después de un año de recobrar su libertad, Natascha dijo que “el miedo ha disminuido, aunque todavía tengo reacciones de pánico y problemas circulatorios”.
La única persona con la que compartió su adolescencia y que la vio convertirse de niña en mujer fue su secuestrador, y éste se suicidó, tirándose a las vías de un tren de cercanías, pocas horas después de que ella huyera de él. Tenía 44 años.
No hay olvido. Kampusch admitió que fue a ver la tumba de su captor. “Sí, había satisfacción, algo así como un triunfo. Siempre estuvo claro que sólo podía quedar uno de nosotros dos, y fui yo”, admitió hace poco más de un mes a la televisión austríaca. “Eso que él me hizo se ha alejado, pero no se olvida, vuelve una y otra vez. Intento lo mejor que puedo vivir con esos recuerdos”. aseguró.
A la reclusión en la casa de Priklopil le siguieron la investigación policial, la embestida de los medios de comunicación, la reacción de los familiares, los psicólogos y los abogados.
Ahora Natascha es ya una mujer rica, gracias a lo que ha cobrado por las entrevistas y las indemnizaciones por difusión de información no autorizada, como también por donaciones de la población. l
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