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sábado,
22 de
septiembre de
2007 |
"Lo lindo que sería..."
Soy viuda, de 65 años, con domicilio en Timbúes.
Con ilusión decidí incursionar en el mundo de la informática, hasta ahora desconocido para mí. Decidí comprar una CPU de los disponibles en la página de Ansés y del Banco de la Nación Argentina. Concurrí al Banco Nación, de San Lorenzo, donde completé la totalidad de los formularios requeridos y quedé a la espera del otorgamiento del crédito. A los pocos días y contrariamente a lo que pensé, empezaron los problemas: la máquina que había elegido a sugerencia de mis hijos no se encontraba disponible hasta después de determinada fecha; sin embargo, convencida de mi compra, decidí esperar. Luego de varios días me llamaron nuevamente del Banco informándome que la CPU no llegaría por falta de stock en el proveedor y me sugerían la compra de otra, de precio superior. Accedí. Sin embargo, para mi sorpresa, después de un tiempo me informaron que esta tampoco se encontraba disponible. Repito la operatoria, elijo una nueva máquina de las "disponibles", que no tenía tanta tecnología pero que se adaptaba a mis necesidades, convencida de que era mejor tener una máquina aunque no fuera la mejor a no tener ninguna. Dicen que no hay dos sin tres, tampoco debe haber tres sin cuatro, tras lo cual la amable señorita del Banco Nación volvió a comunicarse conmigo para que optara por otra computadora, ya que la tercera que elegí tampoco estaba disponible, ofreciéndome una cuarta opción. Esta situación colmó mi paciencia y por sugerencia de mi hijo retiré los papeles que había firmado en el Banco. Pregunto: ¿para qué publican una página brindándonos opciones si cuando elegimos alguna de las máquinas sugeridas nunca están disponibles? Lo más extraño es que a pocas cuadras del Banco otros comercios dedicados a la venta de electrodomésticos ofrecen en sus vidrieras disponibilidad absoluta del mismo producto cuya existencia el Banco o el proveedor niegan. Es más, en una conocida tienda las ofrecen a un precio inclusive inferior al publicado por el proveedor oficial. Realmente me siento engañada y estafada en mi buena fe. La publicidad oficial en la página de la Ansés dice: "No sabés lo lindo que es que tu nieto te lleve de la mano a vos". A lo que yo contestaría: "No sabés lo lindo que sería que cumplieran lo que prometen", pues ya no soy una niña y no tengo mucho tiempo para esperar.
Blanca N. Belmonte
DNI 9.992.51
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