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 miércoles, 19 de septiembre de 2007  
"Existen muchas creencias falsas sobre la epilepsia"
Para el neurólogo Santiago Galicchio es una idea errónea creer que debe tratarse de por vida

Belén Travesaro / La Capital

En torno de la epilepsia existen muchas falsas creencias en la gente, que la hacen ver más grave de lo que en realidad es. Por ejemplo, que debe tratarse de por vida, cuando hay un alto porcentaje de pacientes que logra controlarla y hasta suspender la medicación. Así lo considera el neurólogo Santiago Galicchio, quien si bien no desconoce que la crisis epiléptica puede resultar traumática, tiene una visión optimista acerca del manejo de la enfermedad. El especialista participará del precongreso para la comunidad organizado por La Liga Argentina contra la Epilepsia (Lace) que se realizará hoy a las 19 en el Cemar.

   Entre las creencias populares que el profesional considera hay que desterrar se encuentran la idea de que el paciente con epilepsia no debe pasar por emociones intensas (ya sea de tristeza o alegría) porque eso podría activar una crisis, cuando no es así. “El paciente tiene una predisposición a padecer estas crisis, más allá de su estado emocional”, aclaró el profesional, vocal titular de Lace e integrante del servicio de neurología del Hospital Vilela.

   Lo que sí puede actuar como disparador de una crisis es el mal dormir y el alcohol, porque ambos factores generan excitación cerebral. Muchos adolescentes muestran los primeros síntomas del padecimiento a esa edad porque empiezan a salir, ir a fiestas y no descansan bien, dijo. Por esta razón se recomienda a quienes conviven con la patología que duerman las horas necesarias y no ingieran alcohol.

   Además se suele responsabilizar a la epilpesia de cada deterioro de salud del paciente. “A veces se asocia a la enfermedad con dificultades en el aprendizaje y no tienen que ver con la epilepsia”, agregó.

   Otra idea errónea —producto del desconocimiento— es que ante una convulsión, la lengua de la persona se va para atrás y puede ahogarse. “Esto no es así, por lo tanto no hace falta meter nada en la boca, sólo es necesario poner al paciente de costado y llamar a un servicio de emergencias”, aclaró Galicchio.

   Según las estadísticas, la epilepsia afecta del 0,5 al 1 por ciento de la población. De ese total el 75 por ciento se puede controlar (y hasta llegar a suspender la medicación) y el 25 por ciento es de díficil control o refractario. “Un alto porcentaje se puede curar”, destacó.



El congreso. Hoy a las 19, en el auditorio del Cemar (San Luis 2020, primer piso), se hará el precongreso, que fue pensado para la comunidad en general y cuya entrada es gratuita. Especialistas abordarán la epilepsia y calidad de vida, cómo afecta a la mujer y presentarán la película “Secretos de Laura”, donde una paciente relata su experiencia en el manejo de la patología.

   El congreso médico será mañana y pasado mañana en el hotel Ariston, y al igual que el precongreso está organizado por La Liga Argentina contra la Epilepsia con sede en Buenos Aires.

Entre los temas centrales figuran status epilépticos (episodios convulsivos con una duración mayor a los 30 minutos), espasmos epilépticos (una forma de crisis convulsiva), encefalopatías epilépticas (cuando la enfermedad genera deterioro cognitivo y madurativo) y tratamientos alternativos.

  Cuando el paciente no responde a la medicación, tiene otras opciones. Puede recurrir a una cirugía, a una dieta cetogénica (basada en grasas y proteínas, sin hidratos de carbono) y a una novedosa técnica llamada estimulador vagal (aparato que se coloca igual que el marcapasos cardíaco y se conecta al nervio vago a la altura del cuello).

“El estímulo del nervio vago en algunos pacientes actúa como inhibidor de las crisis convulsivas y las disminuye. El promedio de mejoría que se obtiene oscila entre el 40 y el 50 por ciento. Su costo es alto y está más difundido en Estados Unidos y en Europa”, aclaró el especialista.

   Entre los invitados del exterior están Bernardo Dalla Bernardina (Italia) y Simon Shorvon (Inglaterra). Los profesionales pueden inscribirse mañana entre las 8 y las 8.45, en el hotel Ariston (Córdoba 2554). l
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