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 miércoles, 19 de septiembre de 2007  
Los talleres del Politécnico, inutilizables

“No es que no queremos dar clases, todo lo contrario, pero es muy riesgoso operar máquinas con electricidad trifásica en un lugar al que se entra chapoteando por la cantidad de charcos que hay”.

Esa fue la síntesis del profesor Roque Intelángelo, docente de fundición del Instituto Politécnico, sobre el estado del sector taller de la tradicional escuela. Si bien estas instalaciones están en gran parte inutilizables, la explosión de un tablero eléctrico anteayer fue —literalmente— la gota que colmó el vaso.

El docente explicó que alguno problemas en los talleres son de larga data, la pedrada de noviembre pasado empeoró las condiciones edilicias.

“Primero se rompieron tejas, luego aparecieron filtraciones y a esta altura ya directamente llueve en algunos lugares. Entendemos que el origen de estos problemas fue un meteoro, una contingencia climática, pero así ya no se puede”, dijo.

Intelángelo explicó que todos los alumnos del “Poli” pasan al menos una o dos veces por semana por el taller, donde “ya no es seguro” dar clase.

“Hay docentes que pudieron dictar sus materias en otros salones, porque todavía tenían algo de teoría por dar. Pero mi programa, por ejemplo, es casi todo práctico y la teoría ya la di”, sostuvo el profesor, y aclaró que el reclamo “no es contra ninguna autoridad en particular sino para que se haga algo”.

Parece que fue ayer. “Estamos como si la granizada hubiera sido ayer, pero con un año más de humedad en techos y paredes”, comparó el docente, y agregó: “No hubo ninguna mejora en el último año, sabemos que han habido proyectos, pero en concreto todavía nadie hizo nada. Y estamos hablando de problemas groseros, no son pavadas”.

“Este reclamo lo hacemos, precisamente, porque como docentes queremos dar clases. Y, en mi caso, como ex alumno de esta escuela, no me gusta en lo más mínimo ver cómo se está viniendo abajo mientras nadie hace nada”, remató.


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