De los peores arranques

Mauricio Tallone / La Capital

La campaña que está cumpliendo Central en las primeras seis fechas del Apertura 2007 es unas de las peores desde que se juegan los torneos cortos y desde que al ganador se lo premia con tres puntos. Es un dato que surge de hacer revisionismo y de poner la lupa en el Apertura 2000, un campeonato en el que el equipo arrancó tan mal en resultados como el de ahora. Aquella formación dirigida por Edgardo Bauza también cosechó 3 puntos sobre 18, producto de 3 empates y 3 derrotas (ver infografía). Un calco del recorrido actual. Aunque vale aclarar que en ese momento Central estaba disputando en simultáneo la Copa Mercosur (quedó eliminado con Vasco da Gama por penales) y ese detalle siempre toma fuerza de atenuante en estos tiempos de poca mirada introspectiva.

  Es tan malo lo que produjo Central hasta ahora que Ischia no tiene a mano ninguna excusa de ocasión. Porque el desmantelamiento que sufrió el plantel debe apuntarse como una consecuencia de la degradación institucional y no como un pretexto para explicar las flojas actuaciones. Al Central actual se le anima cualquiera y en cualquier circunstancia. La última muestra fue Olimpo en estado moribundo, que llegó al Gigante para buscar un punto y se lo llevó. En ese sentido, el equipo del Patón gozaba de otro pronóstico en lo colectivo y tenía otras individualidades. Basta un repaso por los jugadores que integraban esa formación para aventurar augurios más alentadores que los actuales. Hace siete años jugaban Ezequiel González, Vitamina Sánchez, Daniel Díaz, Ricardo Canals, Matías Lequi, Rafael Maceratesi, entre otros. Mientras que la esperanza del Central de estos días se sustenta en un puñado de pibes, en muchos casos tirados a la cancha por la coyuntura.

   Igual, ni el más pesimista de los canallas imaginó que el equipo de Ischia se mezclaría tan rápido con los de abajo. Si bien los presagios iniciales no eran demasiados alentadores, sobre todo después del masivo éxodo, este comienzo no estaba en los planes de nadie. En ese punto los equipos se parecen. En aquel momento tampoco nadie pensó que Central, que había arrancado la temporada cumpliendo una campaña a paso de campeón con 43 puntos, se desinflaría como un globo hasta terminar 12ª. Precisamente en el Apertura 2000 no tuvo inconvenientes con el descenso, como ahora. Hasta se dio el lujo de gritar su primera victoria en el décimo partido, cuando goleó 6 a 2 a Los Andes.

   Este Central no puede conceder esa licencia. Porque lograr el primer triunfo dentro de cuatro partidos sería como firmar la ida de Ischia y echar más alcohol a una situación que ya no reconoce ni el cicatrizante de las palabras.