Falencias compartidas

Además del pésimo arranque, si algo comparten el Central del Apertura 2000 con este del Apertura 2007 es la falta de contundencia y la endeblez defensiva. A uno le llegan más fácil que hacer crujir a una hoja y al otro lo hacían entrar en pánico cada vez que el rival se adueñaba de la pelota y de las situaciones.

  Nunca es casualidad que a un equipo les conviertan 12 goles en 6 partidos, como ocurrió con el dirigido por Edgardo Bauza. Tampoco que anoten 3 tantos en la misma cantidad de encuentros y 7 en contra, el registro que marca el pulso del conjunto de Ischia. Los números no son iguales, aunque en la cuestión de fondo muestran que los dos transitaron por el sinuoso camino de las falencias compartidas.

  Aunque Bauza tranquilamente podría agarrarse de una situación para explicar la pólvora mojada de su equipo. Es que en algunos partidos se vio obligado a cambiar jugadores y la composición de la dupla de ataque, ya que Central jugaba entre semana por la Copa Mercosur. Por eso a veces estaban Maceratesi y la Topadora Cáceres, en otras Pierucci-Arias, y hasta Cámpora y el Torpedo. El operativo rotación también llegó hasta la defensa. El cuerpo de ventaja que saca el Patón Bauza es que tenía para elegir varias variantes. Ischia no sólo está muy lejos de ese privilegio, sino que tiene que arreglárselas con lo poco que le dejaron y que aceptó quedarse. No cambia porque no puede y cuando lo hace lo empuja la imperiosa necesidad de buscar soluciones. Por eso un día Arzuaga es el único delantero, en otro partido comparte el ataque con Vizcarra, Belloso o Zelaya. l