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sábado,
25 de
agosto de
2007 |
Temblores
Por Oscar Lamberto (*) Gastar más de lo que ingresa, comprar más de lo que se vende y endeudarse para cubrir el déficit es la receta ideal para llegar a la quiebra, se trate de una persona, una empresa o un Estado.
La reciente caída de las Bolsas del mundo, que obligó a fuertes intervenciones de los bancos centrales de los países más desarrollados, emitiendo para frenar corridas o corrigiendo la tasa de interés para evitar el descalce de los bancos, es una consecuencia de los grandes desajustes de la economía de los Estados Unidos de Norteamérica, la mas importante de todas.
La misma hoy registra un descomunal déficit fiscal y comercial, financiado con endeudamiento en todo el planeta, pero particularmente por Europa y China. También cada uno de sus habitantes tiene deudas individuales equivalentes a varios meses de ingresos.
Con la práctica de mantener consumos elevados por encima de los ingresos genuinos, comprando todo en cuotas se construyó un negocio inmobiliario con hipotecas de alto riesgo que funcionó mientras el valor de las propiedades estaba en permanente alza.
Cuando los precios dejaron de crecer y aumentó la tasa de interés, el valor de los activos pasó a ser menor que las deudas, las entidades financieras debieron reconocer las pérdidas y además muchos deudores se vieron imposibilitados de pagar.
Las calificadoras de riesgo mostraron el problema y comenzó el tembladeral, pérdidas millonarias en todas partes y la necesidad de intervenir de las diferentes autoridades monetarias para evitar que la crisis financiera afectara la economía real.
Los coletazos también llegaron a nuestro país, y a pesar de tener una economía menos vulnerable a los vaivenes de los mercados internacionales, los diferentes bonos que emite el Estado argentino tuvieron importantes caídas en sus cotizaciones.
Históricamente los países centrales exportan sus crisis, y transfieren sus costos a la periferia. En la compleja trama de la economía mundial, hay países que para sostener sus políticas comerciales constituyen sus reservas en monedas o títulos del país comprador, así China es el mayor tenedor de papeles emitidos por el gobierno de los Estados Unidos.
También las clases pudientes de las economías emergentes, por razones de seguridad, ahorran en divisas o bonos de los países mas desarrollados. Como en general estos activos son los menos remunerados, hay quienes colocan en papeles de los países emergentes para tener una mayor renta, pero ante el menor atisbo de un posible riesgo de insolvencia vuelan hacia inversiones de mayor calidad aunque tengan menos rentas.
En los mercados y Bolsas del mundo se transan diariamente valores por importes varias veces superiores a los bienes que en teoría representan, incluso existen mercados donde se comercian productos que aún no fueron desarrollados o cosechas que ni siquiera fueron sembradas.
En los mercados de capitales es donde se verifica con mayor claridad la globalización, la velocidad de las transacciones por vía electrónica hace que en instantes cambien de lugar y de manos la riqueza generada por los actores del proceso productivo en cualquier lugar de la tierra que se encuentren.
La suba de los commodities esta generando un fuerte crecimiento de las economías de toda la América latina; soja, carnes, petróleo, cobre, banana, café, azúcar, que son las producciones predominantes en las distintas regiones, explican en cada caso situaciones de bonanza.
Es crucial para la salud de nuestras economías que el tembladeral financiero sea controlado, porque si llega a la economía real puede haber recesión en los países centrales, menores exportaciones chinas, con la consecuente caída de sus ingresos, por ende menor demanda de nuestros productos con bajas en los precios.
Ante las dudas es prudente mantener solvencia fiscal, una adecuada política monetaria y estimular el ahorro interno para estar a cubierto de una posible falta de financiamiento internacional.
(*) Diputado nacional justicialista
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