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 sábado, 25 de agosto de 2007  
La falta de recursos pone en peligro a un símbolo del imperio afgano

Ghazni- Durante más de ocho siglos, las “Torres de la Victoria”, los monumentos al mayor imperio de Afganistán, han sobrevivido guerras e invasiones, pero ahora el clima y la negligencia podrían provocar su derrumbe.

Desde su base en la ciudad afgana de Ghazni, la dinastía del sultán Mahmoud Ghaznavi extendió su dominio desde el Río Tigris, en el actual Irak, hasta el Ganges, en India.

Los dos minaretes de color caramelo, adornados con tejas terracota, fueron edificados a principios del siglo XII como monumento a las victorias de los ejércitos afganos que construyeron el imperio.

Desde entonces, Afganistán ha sido más veces víctima de invasiones que líder de ellas.

Las partes superiores de las Torres de la Victoria desaparecieron por la erosión, por lo que ahora sólo quedan las bases con una altura de 7 metros.

“Si no se les presta atención, existe la posibilidad de que se destruyan”, dijo Aqa Mohammad Khoshazada, importante funcionario del departamento de cultura e información de Ghazni.

“Las inundaciones y lluvias en primavera y la nieve en invierno terminan alrededor de los minaretes”, añadió.

Ghazni es considerada la cuna de la cultura y el arte afgano y, durante su dominio, Mahmoud atrajo a 400 expertos y poetas a su corte.

Pero el sultán también fue un iconoclasta que destruyó cientos de estatuas hindúes durante campañas para introducir el islam a la India.

Mahmoud murió en 1030. Su hijo, el Sultán Masud, construyó uno de los minaretes. El otro fue erigido por un sucesor.

El dominio de los Ghaznavi duró otros dos siglos.

En ese entonces, Allauddin Ghori arrasó con la ciudad y se ganó el apodo de “Quemador Mundial” debido a la masacre de habitantes de Ghazni en una orgía de destrucción y saqueo.

La ciudad volvió a florecer, sólo para ser nuevamente destruida por un hijo de Ghengiz Khan en 1221. Pero los minaretes sobrevivieron.

Ghazni cambió de manos entre fuerzas británicas y afganas varias veces en el siglo XIX, sufriendo más sitios y masacres. Los combates durante la ocupación soviética en la década de 1980, a lo que siguió la guerra civil de la década de 1990, también dejaron su marca en la ciudad.

Las Torres de la Victoria de Ghazni se erigen a varios metros de distancia una de la otra y yacen en el alto de una colina.

Agujeros y pozos realizados en excavaciones ilegales en búsqueda de antigJuedades, tesoros enterrados y agua, ponen ahora en peligro las bases de los minaretes.

Uno de los minaretes tiene paneles con letras Kufic en relieve en la cima. Los extremos de las torres están cubiertos con hierro corrugado porque las secciones superiores se cayeron en un sismo.

Pero, a pesar de repetidos pedidos y advertencias, el empobrecido Gobierno de Afganistán, que lucha contra la insurgencia talibana, ha asignado sólo 100 dólares en seis años para llenar algunos de los pozos alrededor de las torres, dijo Sabed Wali, jefe del Departamento de Cultura de Ghazni.

“Están amenazadas (las torres) y no tenemos recursos para evitarlo”, afirmó dijo Wali. (Reuters)
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Las Torres de la Victoria de Ghazni se erigen a varios metros de distancia una de la otra y yacen en el alto de una colina.



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